El misterio del dopaje de Kamila Valieva en los Juegos de Invierno: ¿está Putin detrás del silencio en Pekín?

Kamila Valieva, durante los Juegos Olímpicos de invierno
Kamila Valieva, durante los Juegos Olímpicos de invierno
EFE
Kamila Valieva, durante los Juegos Olímpicos de invierno

Kamila Valieva puede haber pasado de ser el mayor descubrimiento en los Juegos Olímpicos de Pekín a su mayor fraude. La patinadora rusa logró un impensable cuádruple salto en la final por equipos de patinaje sobre hielo, lo que la convirtió en la primera mujer en mostrarlo, pero aún no ha recibido su medalla de oro.

El motivo es el positivo en un test antidopaje que dio. La talentosa rusa de solo 15 años (ahí está el 'quid' de la cuestión) está ahora en el ojo del huracán, no solo porque aún no ha hablado, sino porque hay un silencio a su alrededor que ha levantado muchas sospechas.

Ni desde la organización de los Juegos, ni el COI, ni mucho menos la AMA... Nadie quiere hablar, ya que Valieva no sólo es una deportista que puede convertirse en un icono, sino que además al ser menor de edad se le exige una protección especial.

La presión recae ahora sobre la Unión Internacional de Patinaje (ISU, por sus siglas en inglés). En un escueto comunicado, el órgano rector de este deporte afirma que no van a dar ningún tipo de información al respecto: 

"En referencia a las noticias recientes en los medios de comunicación en relación con la prueba por de Patinaje Artístico, la Unión Internacional de Patinaje no puede divulgar ninguna información sobre cualquier posible infracción de las normas antidopaje. Esto está en línea con las Reglas Antidopaje de la ISU y las Reglas Antidopaje del COI para Beijing 2022. Por lo tanto, la ISU no hará más comentarios en este momento".

Un, dos, tres... ¡y cuatro! La jovencísima patinadora rusa, Kamila Valieva, de 15 años fue la primera mujer de la historia en lograr un cuádruple salto en unos Juegos Olímpicos.

¿Un favor de Xi Jinping a su 'hermano' Putin?

El contexto geopolítico en el que se están celebrando estos Juegos Olímpicos no es ajeno a nadie. La alianza ruso-china en medio de la tensión con Ucrania conlleva una serie de favores mutuos que, en la guerra mediática e ideológica (previa y constante en todo enfrentamiento entre naciones), son clave.

Xi Jinping pidió a Vladimir Putin que, en la medida de lo posible, respetase la tregua olímpica. No tanto porque le interese la paz o porque no quiera que su socio preferente ocupe la región que exige, sino para no restarle protagonismo cuando todas las miradas están puestas en Pekín. No sería descartable que, entre otras cosas, Putin respondiese pidiendo que la habitual opacidad informativa en China tapase también cualquier sospecha en torno a sus deportistas.

El aparato de propaganda ruso necesita de ejemplos en un momento en el que incluso dentro de su propio gobierno empieza a haber voces discordantes con la gestión del conflicto. Un positivo en dopaje, un problema que ya les ha causado la exclusión como país de las citas olímpicas (compiten bajo el nombre de Comité Olímpico Ruso), de una nueva figura mediática con la que 'distraer' a la población de la tensión bélica no ayudaría nada. 

Por eso, ya hay voces que apuntan al Kremlin para explicar este sospechoso silencio sobre Valieva, que en apenas una semana ha pasado de ser una heroína para el pueblo a un posible caso más a añadir a la ingente lista de tramposos que apostaron por las sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento.

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