Una mujer mexicana, condenada a 100 latigazos después de ser abusada sexualmente mientras trabajaba para la organización del Mundial de Catar 2022

La mexicana Paola Schietekat durante un partido de fútbol.
La mexicana Paola Schietekat durante un partido de fútbol.
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La mexicana Paola Schietekat durante un partido de fútbol.

Escándalo máximo en Catar. Una mujer mexicana fue condenada a 100 latigazos y siete años de prisión por mantener una relación sexual fuera del matrimonio. Paola Schietekat ya está en tierras mexicanas, pero su caso sigue abierto.

La mujer fue a trabajar a Catar en la Supreme Committee for Delivery and Legacy, organización encargada del mundial de futbol, y una vez allí fue abusada sexualmente por un conocido. Sin embargo, las leyes locales consideran que se trata de una relación sexual fuera del matrimonio, que está castigada por las autoridades. 

La propia Schietekat explica lo sucedido mediante una carta pública. "El 6 de junio de 2021 me encontraba trabajando en Catar como economista conductual en el Supreme Committee for Delivery and Legacy, entidad responsable de organizar el mundial de 2022. Esa noche, un conocido, que consideré amigo, de la comunidad latina en Doha se metió a mi departamento en la noche, mientras yo dormía", narra la mexicana.

"Después de un forcejeo breve, pues su fuerza sobrepasaba la mía, terminé en el piso. Horas después, me salieron moretones en todo el brazo izquierdo, el hombro y la espalda. Mantuve la cabeza fría: le avisé a mi mamá, a un colega del trabajo y documenté todo con fotos en un intento de autoprotección". Acto seguido, Paola denunció lo ocurrido. 

"Al día siguiente obtuve el certificado médico y acudí a la policía en compañía del cónsul de México en Catar. Ahí, todo fue en árabe, y con mi árabe limitado logré explicar la situación", explica la mujer. "Al preguntarme si quería una orden de alejamiento, no hacer nada, o ir a las últimas instancias, me congelé, por el shock, por el miedo y la falta de sueño, y volteé a ver al cónsul, quien me recomendó ir a las últimas instancias".

En aquel momento fue cuando comenzaron realmente los problemas para Schietekat. "Fueron tres horas de interrogatorio en árabe, y en cierto punto me exigieron una prueba de virginidad. Por alguna razón yo había pasado a ser la acusada". El cambio de versión del acusado había dado la vuelta a una situación que estaba a punto de explotar.

"En Catar, tener una relación extramarital se paga con hasta siete años de cárcel, y en algunos casos la sentencia incluye cien latigazos. De un momento a otro, mi denuncia ya no importaba. La policía refirió el caso a la fiscalía pública, único lugar donde tuve un traductor", se lamenta Paola.

De buenas a primeras, Schietekat había sido declarada culpable y tenía que pagar por lo sucedido. "Mi agresor fue absuelto del cargo de agresión porque, a pesar del informe médico, 'no había cámaras que apuntaran directamente la puerta del departamento, así que no había forma de constatar que la agresión sucedió'".

Sin embargo todavía no había terminado lo surrealista del caso, pues los abogados de Paola la ofrecieron la posibilidad de casarse con su agresor para que todo quedase cerrado. Evidentemente la mexicana se negó y abandonó el país a toda prisa. "Eso sí, los cargos por tener una relación fuera del matrimonio seguían vigentes, impidiéndome volver a Catar y forzándome a pagar aún más por representación legal", concluyó Paola.

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