Fernando Alonso, motor nuevo y librada milagrosa en un viernes en Arabia marcado por los atentados

Fernando Alonso, en el GP de Arabia Saudí
Fernando Alonso, en el GP de Arabia Saudí
AFP7 / Europa Press
Fernando Alonso, en el GP de Arabia Saudí

No fue un inicio sencillo para Fernando Alonso en el GP de Arabia. El equipo Alpine no acaba de dar con la tecla y después de la dubitativa carrera de Bahréin, parece que la segunda del campeonato no va a ser sencilla para ellos, al menos del lado del asturiano. 

Más allá de los problemas de degradación que tuvo con los tres tipos de neumáticos Pirelli que montó en la cita inaugural, lo cierto es que su compañero Esteban Ocon con el mismo coche y una penalización fue netamente más competitivo. Eso hacía pensar que había un problema mayor.

Tras días de estudio, a unas horas de que arrancara la acción en el GP de Arabia Saudí confirmaron las sospechas: la unidad de potencia del coche de Alonso no estaba bien montada. Un problema en el sellado del motor térmico, el ICE, hizo que se produjera un fallo en su rendimiento, por lo que decidieron montar uno nuevo para este fin de semana y mandar a Viry-Chatillon, la factoría de los motores Renault, la defectuosa para estudiarla. Por suerte para Alpine, solo se produjo en el coche de Alonso.

Alonso montó la nueva unidad en los primeros libres en el circuito de Jeddah y se vio que, al menos, podía mantener a un régimen más alto de vueltas sin que notara pérdida de potencia o problemas de fiabilidad. Completó en la primera tanda un total de 23 vueltas y marcó el 10º tiempo, por detrás de un Lewis Hamilton que sigue sin encontrarse cómodo en un W13 con serios problemas de 'porpoising'. 

Sin embargo, en los segundos, Alonso no sólo no mejoró, sino que cayó un puesto más. El español acabó este viernes en una gris 11ª posición, aunque no llegó a dar una vuelta limpia de tráfico en la hora de sesión. 

Lo que sí dejó es una imagen que deja claro que aún tiene manos. Mediada la sesión, que arrancó 15 minutos tarde por el atentado a la refinería de Aramco a 10 kilómetros del circuito, el asturiano perdió ligeramente el control sobre su A522 y tuvo que tirar de reflejos para no acabar contra el muro. Le fue por muy poco.

Los que no fallaron inicialmente fueron los de arriba. Max Verstappen y Charles Leclerc tuvieron una bonita batalla sobre el crono en la tanda matutina, con victoria para el monegasco en el último instante, y en la vespertina, en la que también se impuso el de Ferrari.

Sin embargo, y aunque fue el más rápido, su participación en los libres acabó antes de tiempo por un golpe contra el muro en el que dañó la suspensión delantera. Leclerc no fue el único que obligó a trabajar a los mecánicos de Ferrari, ya que Carlos Sainz también se dio contra las protecciones, aunque de manera mucho más suave. Ambos se retiraron a 15 minutos del final.

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