El tremendo enfado de Raúl González, entrenador del Real Madrid Castilla, tras el partido ante la Balompédica Linense fue una muestra evidente del cabreo generalizado del madridismo por un error clamoroso del trío arbitral.

La jugada en cuestión se produjo en el minuto 67 del encuentro, con el marcador de 0-1. Miguel Gutiérrez golpeó un balón muerto después de que el portero rival no atrapase un chut de Álvaro Rodríguez. Sin embargo, y después de que todos los jugadores estuviesen en posición completamente legal, el colegiado del choque anuló el gol par fuera de juego.

Sólo hay que ver la acción, sin necesidad de utilizar siquiera la cámara lenta, para darse cuenta de que Gutiérrez estaba varios metros por detrás del último defensor y que el supuesto fuera de juego es completamente inexistente.

El Real Madrid Castilla tuvo que esperar hasta el minuto 93 para empatar con gol de Sergio Arribas y llevarse un punto de un partido que podría haber tenido un rumbo bastante distinto de no haberse anulado el tanto de la discordia.