El Real Madrid completa otro milagro y jugará la final de la Champions League

El Real Madrid celebra su pase a la final de la Champions League 2022
El Real Madrid celebra su pase a la final de la Champions League 2022
EFE
El Real Madrid celebra su pase a la final de la Champions League 2022

El Real Madrid está en la final de la Champions y lo difícil, lo imposible prácticamente, es explicar cómo. Las estadísticas dirán que fue gracias a dos goles de Rodrygo en los minutos finales para forzar la prórroga y uno de Benzema en el tiempo extra para tumbar al Manchester City (3-1). 

La realidad es que dar una razón lógica a cómo se ha producido esta remontada, unida a las del PSG y Chelsea, es una utopía.  De momento, toca quedarse con que el Real Madrid estará el 28 de mayo en París, ante el Liverpool, después de otra noche de épica y milagros en el Santiago Bernabéu.

De la locura del Etihad se pasó a la contención del Bernabéu. Ni a Guardiola parecía interesarle un partido de ida y vuelta, ni tampoco a Ancelotti. El italiano lo demostró con su once, en el que la vuelta de Casemiro otorgó la estabilidad perdida en la ida, y con Fede Valverde en la derecha; Rodrygo era reservado para la segunda mitad.

La afición del Real Madrid celebra otro milagro del equipo de Ancelotti. (EFE)

Y sobre el césped, la sensación era entre el miedo y el respeto. Era el Madrid el que necesitaba un gol para empatar la eliminatoria, pero nunca dio la sensación de tener prisa por encontrarlo en la primera mitad. Y el City se encontraba cómodo con el balón en sus pies. Un par de chuts de Mahrez y De Bruyne, ambos cómodos para Courtois, y un remate alto de Benzema fue el escaso bagaje en las primeras escaramuzas del choque.

El City agarró el balón y desesperó a su rival –y al público– con posesiones larguísimas. No llevaban demasiado peligro los de Guardiola, pero el reloj corría a su favor y un error de Militao casi les da el primer tanto, pero el disparo de Gabriel Jesús se fue desviado por no demasiado.

El dominio citizen fue a más ante un Real Madrid impotente por momentos. Trataba de salir con Modric lanzando las contras y Vinícius ofreciéndose en la derecha, pero sin acierto. Un chut de Foden, en cambio, si creó peligro real, pero Courtois se estiró para lograr que el partido se fuera al descanso con empate. No parecía un mal resultado para ninguno de los dos.

El Madrid salió a morder tras el paso por vestuarios, como si lo que estaba pasando siempre hubiera sido su plan. Apenas unos segundos tardó en tener su mejor ocasión en una triangulación que Vinicíus, con todo a favor, mandó fuera casi a bocajarro.

La actitud de los de Ancelotti era ya muy distinta. Mordía arriba y buscaba el gol con entusiasmo –más que con buen juego– animado por el público y por las urgencias del resultado. Pero la sensación era la de que faltaba algo, que Vinícius y Benzema estaban demasiado solos. El brasileño estuvo cerca de tenerla, pero siempre fallaba un control, o había demasiados rivales.

Kroos por Rodrygo fue el cambio mediada la segunda parte, el habitual cambio que tan buenos resultados había dado en otras ocasiones. Pero el cambio tenía sus riesgos, y el menos poblado centro del campo madridista fue aprovechado por Bernardo Silva. Gundogan le encontró entre líneas, el luso avanzó sin oposición y encontró a Mahrez, que fusiló sin piedad a Courtois para hacer el 0-1.

Necesitaba el Madrid dos goles para forzar la prórroga, una empresa que se antojaba una utopía viendo lo poco que concedía el rival. Asensio y Camavinga entraron al campo por Casemiro y Modric, ya con Ancelotti buscando soluciones a la desesperada, aunque la realidad era dura con el conjunto blanco, incapaz de crear peligro ante un Ederson casi inédito.

El doble milagro de Rodrygo

Grealish pudo hacer el tercero en dos ocasiones clarísimas. En la primera lo evitó Mendy bajo palos, en la segunda Courtois con un paradón. Pero daba igual, estaba todo decidido... ¿no? Nadie parecía creer en el milagro ni en el estadio donde pasan las cosas más extrañas, inesperadas y surrealistas, y de repente un haz de luz en forma de gol.El centro de Camavinga lo tocó Benzema al segundo palo y Rodrygo, como siempre oportunista, metió el balón en la red para dar esperanza.

El tiempo reglamentario ya estaba cumplido, solo quedaba el descuento. Hacer otro gol era casi imposible. O no. Era el Real Madrid, era el Bernabéu, era la Champions. Se volcaron los blancos, en trance como ya se ha visto en varias ocasiones esta temporada. Y en pleno acoso, un centro de Carvajal encontró la cabeza de Rodrygo, que de nuevo hizo diana. Nadie se lo podía creer, pero había vuelto a pasar. La eliminatoria se iba a la prórroga. s

El estado de trance madridista, ese que ya se vio ante el PSGy ante el Chelsea, se prolongó en la prórroga. Dos buenas llegadas por la derecha ante un City KO y en la segunda, penalti sobre Benzema. El galo estos penaltis no los falla, y el Madrid por delante por primera vez en el minuto 185 de la eliminatoria.

El City estaba noqueado, de nuevo otro equipo que no sabía qué estaba pasando, qué distopía era esa que vivía. A base de buen fútbol lo intentó, especialmente con Grealish pero se topó con una defensa imposible de superar. Daba igual que Vallejo y Carvajal acabaran de centrales, este Madrid de los milagros estaba en la final.

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Real Madrid - Manchester City, semifinales de Champions League en directo: última hora del partido, resumen, resultado y goles
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