El motivo por el que Rafa Nadal no se opera de su lesión crónica y elige un tratamiento revolucionario

Rafa Nadal celebra una acción.
Rafa Nadal celebra una acción.
EFE
Rafa Nadal celebra una acción.

Si Rafa Nadal está acumulando toneladas de elogios desde que ganó su decimocuarto Roland Garros no es sólo por haber alcanzado semejante cifra en el prestigioso Grand Slam, sino por cómo lo ha hecho. Convivir con el dolor es algo a lo que se había acostumbrado, pero la enfermedad que padece le hace plantearse cada vez más su futuro.

A sus 36 años recién cumplidos, el principal enemigo que tiene Nadal es el síndrome de Müller-Weiss. Una enfermedad rara, incurable y cuyo único tratamiento efectivo e inmediato es totalmente incompatible con un deportista. Es este, y no otro, el motivo por el que Nadal ha elegido un tratamiento revolucionario con el que pretende estirar su carrera deportiva (y con ello, su leyenda) al máximo posible.

Esta tipo específico de osteocondritis solo tiene una solución radical: fijar la articulación y bloquearla. Esto elimina de golpe el dolor más intenso, pero también impide el movimiento, por lo que es evidente que no hay más solución que mantenerse con inyecciones para desactivar el nervio, fortalecer la musculatura de la zona y hacer todo lo que pueda para que después de los periodos de largo estrés físico (por ejemplo, torneos como el de Roland Garros) se recupere en condiciones.

La vigilancia médica constante es clave. El doctor Ángel Ruiz-Cotorro es el principal aliado de Nadal, y de hecho ha sido una de las primeras personas a las que ha visitado según acabó con sus compromisos mediáticos tras ganar la Copa de los Mosqueteros.

Antes de anunciar su próximo calendario, Nadal se someterá al tratamiento que va a implantar Ruiz Cotorro. La estrategia no le va a quitar la lesión, ni le va a curar porque no se puede, sino que va a consistir en someterse a sesiones de inyecciones de radiofrecuencia.

Aunque a efectos prácticos va a ser similar a la sensación que tuvo en los partidos en París, donde jugó con el pie totalmente dormido, el tratamiento consigue que los nervios de la zona se queden 'desinhibidos', por lo que los receptores del dolor se anulan. No hay garantía de que este tratamiento funcione, pero ya se ha sometido a sesiones en el pasado y le ha ido bien.

A partir de ahí, decidirá. Lo último que quiere Nadal es pasar por el quirófano, ya que la solución sería tan radical como sus consecuencias: el pie dejaría de dolerle, pero también tendría que dejar el tenis. Y eso es algo que, a día de hoy, no contempla, por suerte para los millones de seguidores que tiene uno de los mejores (quizá el mejor) deportistas de la historia.

¿Quién es el mejor deportista masculino de la historia?

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