Favoritas según las apuestas, Inglaterra estuvo a punto de sufrir su ‘Maracanazo’ en Brighton frente a una España que fue netamente superior… pero que no supo rematar su ventaja. Un final de pesadilla, con un gol a pocos minutos del final y otro en la prórroga, neutralizó el tanto de Esther González con el que las de Jorge Vilda soñaron, y creyeron, que podían llegar a semifinales… y quizá mucho más allá.

El partido empezó con toda una declaración de intenciones: Mapi León le pegó una dura patada a una atacante inglesa. Más que formas, alardes de lo que iba a pasar durante todo el partido, porque las británicas tampoco se cortaron mucho. Un arranque recio, en el que hubo golpes y patadas por ambos lados que demostraba que tanto unas como otras querían llegar a semifinales.

Pero las primeras ocasiones fueron españolas. Earps tuvo mucho más trabajo que Sandra Paños, con una España muy compacta y bien colocada que aprovechó la velocidad y los balones largos si no llegaban Mariona Caldentey, Patri Guijarro o Aitana Bonmatí a la pelota. Cardona avisó con un balón al que no llegó por muy poco a los cinco minutos de partido, a lo que respondió White con un remate de cabeza que se fue desviado.

España llegó a sentirse cómoda. Los acercamientos acababan en nada, pero las conexiones hacían sentir más peligro por el lado español que por el inglés.

El primer aviso serio de Inglaterra llegó en el minuto 37. Un balón botado al área tras una falta no fue bien despejado por la zaga española y propició que White rematase a bocajarro el que fue el 1-0... que fue anulado por fuera de juego. Una advertencia muy seria.

El problema de España es que se fue al descanso con el dominio pero sin el gol, algo que intentaron arreglar en la segunda mitad... que arrancó con un cambio en España (Athenea por Marta Cardona) y un espontáneo que saltó al campo.

La entrada de la jugadora del Real Madrid surtió efecto. Athenea fabricó una gran jugada hasta el fondo del área pequeña, centró a su compañera Esther González y esta marcó a placer el 0-1. 

La celebración de la delantera recordó a la de otro histórico, tanto del Real Madrid como de la selección española: Míchel y su ya legendario "me lo merezco".

El cambio de actitud de España fue absoluto. Athenea se desató y se convirtió en la ayuda perfecta que necesitaban Aitana y Patri Guijarro para oxigenar balones arriba, algo que se vio luego beneficiado por la entrada de Laia Aleixandri por una cansada Marta Cardona que ya lo había dado todo y de Sheila García por la goleadora española.

España empezó a buscar rápido el 0-2, pero Inglaterra no perdona. Una jugada suelta castigó mucho a las de Vilda, que vieron cómo su debilidad defensiva (algo que no es nuevo) le costaba el empate con 7 minutos por jugar. Russo sirvió (no sin llevarse por delante a Irene Paredes en una acción muy protestada por el banquillo español, la portera suplente Misa Rodríguez acabó con amarilla) y Toone remató a placer.

El castigo a España fue total, y condenadas a la prórroga, Inglaterra creyó más. Solo así, por pura confianza, se puede explicar que Stanway se atreviese con un fuerte zapatazo desde la frontal, después de que no le saliera nadie a meterle el pie, que se coló por el lateral de Sandra Paños. ¿Podría haber hecho más? Posiblemente.

La tardía entrada de Amaiur para los últimos minutos no fue suficiente. España perdió y deja la Euro contra un rival que, según las previsiones, era muy favorita.La desesperación con la que acabaron el partido las de Vilda deja entrever la sensación de ocasión desperdiciada, porque fueron mejores durante 84 minutos y no fue suficiente. Como nunca... como siempre.