La impresionante racha de Fernando Alonso en plena polémica por su futuro

Fernando Alonso, en el GP de Francia
Fernando Alonso, en el GP de Francia
AFP7 vía Europa Press
Fernando Alonso, en el GP de Francia

Fernando Alonso acabó el GP de Francia en una sexta posición que, vista sin contexto, no es que sea demasiado ilusionante pero que puede ser mucho más importante de lo que parece.

El asturiano ha dejado atrás esa sequía inicial de temporada que aún le mantiene anclado en la zona media de la clasificación general, pero se ha situado ya como un fijo en los puntos. Lleva siete Grandes Premios consecutivos acabando entre los diez primeros, una racha que no solo habla bien de sí mismo, sino también del propio Alpine A522: el monoplaza azul no es tan camión como parecía.

Aunque parezca increíble, hay que remontarse mucho para ver a un Alonso tan regular, no como punto intermedio entre bueno y malo, sino como sinónimo de constante. El asturiano no sumaba siete carreras consecutivas entre los puntos en la misma temporada desde 2014, su última campaña en una Ferrari que a día de hoy (y entonces también, pero no había tanta costumbre de hacerlos) en carne de meme.

Esta estadística hay que considerarla con un asterisco. En 2021, la temporada de su regreso, logró seis carreras seguidas entre Azerbaiyán y Hungría (escenario de la próxima carrera), una racha que se cortó en el bochornoso GP de Bélgica que se disputó sobre tres vueltas sin posibilidades de adelantar. Alonso fue 11º, antes de sumar otras tres carreras seguidas en el 'top 10'.

La normalidad como meta y argumento para Alonso

No es fácil asumir que la suerte sea un elemento fundamental para conseguir resultados. Mientras que hay equipos y pilotos que suelen tenerla de cara (y cuando les falta, cuentan con armas para solventar la papeleta), Alonso y la fortuna se regatean.

Lo expresaba él mismo después de bajarse del coche en Paul Ricard: "Ojalá tuviésemos muchos fines de semana normales porque hubiésemos acabado quinto o sextos cada domingo". Como una pareja, Alpine y Alonso necesitan un sábado de sofá y peli para acomodarse mutuamente.

El examen que había para Francia está más que cumplido y el divorcio se aleja. De hecho, por primera vez en meses, Laurent Rossi (el CEO de Alpine) confirmó que quieren tener a Alonso en 2023... aunque por si acaso le han ofrecido el caramelito del Mundial de Resistencia.

La respuesta de Alonso a esta propuesta fue su séptima carrera consecutiva en los puntos.

Alpine tiene que decidir: apostar por Oscar Piastri, un prometedor piloto que de momento no ha demostrado nada en Fórmula 1 (pero que pinta muy bien) o mantener un año (o dos) más a un Alonso que aún se acuerda de cómo hacer una salida memorable y pasar por dentro o por fuera según requiera la situación. 

Lo de Paul Ricard fue otra más.

Alonso no puede caer en la complacencia. En Hungría, donde celebrará su 41º cumpleaños, tiene la oportunidad de cerrar la primera parte de la temporada con otro buen saco de puntos que complique aún más el argumento de Otmar Szafnauer para no firmarle inmediatamente la renovación. En caso contrario, quizá haga bueno esa máxima de la Fórmula 1 que reza "eres tan bueno como tu última carrera"... y dé un puñal más al jefe de equipo de Alpine para no elogiar a su piloto estrella.

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