La NBA se ha visto sacudida por el terremoto que ha causado Kevin Durant. El alero ha mostrado su versión más díscola y ha puesto entre la espada y la pared a los Brooklyn Nets con su última decisión, que ha desatado una guerra interna en el equipo.

Tras los malos resultados cosechados, donde cayeron de manera estrepitosa en la primera ronda de los playoffs tras ser barridos por Boston Celtics (4-0), Durant ha decidido que ha llegado el momento de cambiar de equipo si las cosas no cambian radicalmente en los Nets. 

El alero, considerado uno de los mejores jugadores de la liga de baloncesto, ha lanzado un órdago a su equipo. "O despiden a Sean Marks (gerente general) y a Steve Nash o me voy yo", ha sido su ultimatum a los Brooklyn Nets. 

Esas fueron sus palabras en una reunión junto a Joe Tsai, propietario de los Nets. Un situación que parece avocada a terminar mal. Hay que recordar que ya pidió su salida si no se renovaba a su compañero Kyrie Irving. 

El propietario deberá decidir si quiere quedarse con su jugador franquicia o prescindir de su General Manager y de su entrenador, Steve Nash. O, sin embargo, apostar por ellos en lugar del talentoso jugador. 

A Durant todavía le quedan cuatro de años de contrato con el equipo neoyorquino y pocas franquicias son las que podrían hacerle hueco en su plantilla debido a su alto salario.