El Sevilla empezó anoche su andadura en la Champions con una sonora derrota en casa (0-4) ante el Manchester City de Haaland, el comandante de una goleada que hizo explotar a la afición sevillista.
Arrancó valiente el Sevilla, presionando arriba y tratando de acaparar el balón, un plan que con el paso de los minutos se fue difuminando en favor del dominio del equipo visitante. Así, en los primeros quince minutos llegaron los avisos: un balón peinado por Haaland, un disparo al lateral de la red de Grealish, y una internada de Foden que dejó a la grada sin respiración antes de que Acuña abortara el disparo.
En esta dinámica, el gol no tardó en llegar de mano de la pareja de moda. Un centro lateral de De Bruyne llegó a las botas de un Haaland que solo tuvo que empujarla al fondo de la red.
La diana del noruego confirmó el dominio de los citizens, pero la sensación sobre el terreno fue cambiando hasta la llegada del descanso, al que el Sevilla llegó logrando neutralizar al conjunto inglés.
La reanudación comenzó con el Sevilla lanzado arriba como en la primera mitad, pero con Rafa Mir, que no pudo girarse para rematar dentro del área de Ederson. A partir de entonces, el City volvió a activar el modo apisonadora castigando a la contra al conjunto hispalense cuando los de Lopetegui perdían el esférico en posición ofensiva.
En esta dinámica, y cuando parecía que los locales podían anotar en una jugada aislada, apareció Foden para colar un tiro raso por la derecha de la meta de Bono. La grada sevillista se vino abajo, y el equipo también, que poco después recibía otro tanto firmado por Haaland.
Con el tercero, el City puso el punto muerto y aun así logró hacer un cuarto gol sobre la bocina que escoció más de la cuenta en la grada. La afición despidió al equipo con silbidos y pidiendo la dimisión del presidente Pepe Castro. l
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