El Barça arrancó con contundencia su curso en la Champions con una aplastante victoria en el Camp Nou ante el rival más flojo del grupo de la muerte, el Viktoria Pilsen (5-1). El plantel blaugrana superó el rodaje con sobresaliente y presentó su candidatura europea a base de goles.

Desde el inicio, el Barça monopolizó la posesión y comenzó el asedio de la portería de Stanek. Así, no tardaría en caer el primero, que lo firmó Kessié de cabeza a los 13 minutos en una jugada que partió del córner derecho.

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Tras el gol continuó el dominio culé, pero los locales sufrieron un susto. Una cabalgada a la contra de Mosquera, que se quedaba solo ante Ter Stegen acabó con el colegiado señalando penalti y a punto de mostrar la roja a Christensen, sanción que revirtió tras comprobar en el VAR falta previa en ataque.

Con la reanudación volvió el poderío del Barça y los goles, esta vez de Lewandowski, que recibió de espalda en la frontal, se giró, y la mandó al fondo de la red (34). Y pocos minutos después, el Viktoria Pilsen recibiría su premio en una jugada aislada en la que Sykora remató dentro del arco del Barça un centro lateral. Aunque, de nuevo Lewandowski apagaría las esperanzas de los checos antes del descanso, esta vez de cabeza a centro de un Dembélé brillante durante todo el partido.

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Con la diferencia en el marcador y la sensación de superioridad, el Barça salió a divertirse en la segunda mitad, y vaya si lo hizo. De nuevo golpeó Lewandowski, que selló su primer triplete con su nuevo club con otro cañonazo desde la frontal.

La grada del Camp Nou era una fiesta, y no se la quiso perder Ferran, que volvía a anotar en partido oficial cinco meses después poniendo punto y final a una actuación con la que el conjunto de Xavi mandó un mensaje claro al Inter y al Bayern: el mejor Barça ha vuelto.