El Atlético de Madrid dio ayer un golpe de autoridad logrando una importante victoria ante el Betis en el Villamarín, un triunfo con el que los rojiblancos afianzaron la tercera plaza y prolongaron su buena racha como visitantes. Los de Pellegrini remaron hasta el final para conseguir el empate, pero finalmente perdieron la racha de victorias en casa (5 de 5, todos los encuentro de liga como locales de este curso).

El partido arrancó con dominio de los verdiblancos, un conjunto que sigue confiando en su plan de monopolizar el esférico incluso ante los grandes colosos de la competición doméstica. Así, los verdiblancos con acercamientos desde muy temprano, como el tiro alto de Guido en el minuto tres de juego.

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El Atlético no mostraba intención de cambiar la dinámica, y en el verde del Villamarín se jugó durante la primera mitad a lo que dictó William Carvalho. Pese a ello, ninguno de los dos contendientes, centrados en no cometer errores defensivos, contó con oportunidades claras a excepción de un tiro lejano de Griezmann que trató de sorprender ante una salida arriesgada de Rui Silva y una falta que exigió de sobremanera a Oblak, ambas en los instantes finales de la primera mitad.

Espoleados por una grada muy volcada, los locales salieron con un punto más de intensidad en la segunda mitad y en el 48, en una contra montada por Rodri y Borja Iglesias, Luiz Henrique anotó el primero con un tiro potente que no pudo detener el meta rojiblanco, posteriormente anulado por fuera de juego.

Aunque el dominio era local, el aviso provocó la rápida reacción del Atlético, y tras varios minutos de empuje, llegó el primer tanto válido del encuentro. Griezmann puso un córner muy cerrado buscando el gol directo, y entre una maraña de futbolistas el esférico se deslizó sin tocar en nadie dentro de la portería de Rui Silva (54’).

A partir del gol llegó de nuevo un momento de indecisión, ambos técnicos hicieron modificaciones, y apenas un cuarto de hora después el francés hizo el segundo. Con una triangulación perfecta, Correa, Cunha y Antoine avanzaron hasta el área bética, donde el internacional francés se internó con habilidad para resolver con un tiro raso entre las piernas de Rui Silva.

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Lejos de amedrentarse, el Villamarín se convirtió en una caldera que seguía creyendo en la igualada, especialmente con la salida de un inspirado Fekir que se encargaría de recortar distancias con un gran golpeo de falta en el 84’. A partir de entonces, el conjunto blanquiverde salió en tromba a por el empate, que estuvo muy cerca con un claro remate de cabeza de Álex Moreno a centro de Ruibal que se estrelló en el larguero antes del pitido final.