No hay partido en el que Kylian Mbappé no demuestre que el trono del fútbol está inevitablemente destinado a ser suyo y que su intención es convertirse en el mejor jugador del mundo a la altura de los más grandes. En la final del Mundial de Qatar, el parisino tendrá la oportunidad de consagrarse definitivamente y suceder a un Leo Messi que vivirá su último partido en una Copa del Mundo, y volver a perseguir la estela de Pelé, quien, para muchos, es el mejor jugador de todos los tiempos.

El brasileño es el hombre-récord del deporte rey, pues batió prácticamente todas las marcas de precocidad en su primera cita mundialista en 1958: goleador más joven, autor más joven de un hat-trick, el más joven en disputar una final y el anotador más joven en una final en la historia de los mundiales.

Todos ellos son récords que difícilmente alguien podrá superar. La edad ya no permite a Mbappé, que también tiene sus propias marcas (debutante y goleador más joven del Mónaco), romper algunas de las distinciones de O Rei, pero otras sí: con sus dos goles a Polonia para sellar el pase de Francia a cuartos de final se convirtió en el único futbolista menor de 24 años en alcanzar los nueve goles en Mundiales, una cifra que le pone a tiro convertirse en el máximo goleador histórico de las Copas del Mundo, que pertenece a Miroslav Klose (16).

Sus registros, además, hacen pensar que es el que más puede acercarse a los récords de Pelé por juventud y proyección. Ya lo consiguió en Rusia 2018, con 19 años, cuando se convirtió en el jugador más joven en marcar en una final de un Mundial en los últimos 60 años. 

Además, la leyenda y el delantero del PSG son los únicos jugadores menores de 20 años en anotar en una fase eliminatoria de una Copa del Mundo: Pelé marcó un triplete en las semifinales de la edición de 1958, y un doblete en la final, mientras que Mbappé anotó dos tantos en octavos en 2018.

En la final de este domingo tendrá la oportunidad de lograr otra hazaña que nadie ha conseguido desde que lo hiciese el rey del fútbol: ganar dos Mundiales de manera consecutiva, bordando así la tercera estrella en la camiseta de 'Les Bleus'. Para ello, primero deberá ganar a Argentina.

Si lo consigue, sus 23 años -cumplirá 24 el próximo 20 de diciembre- le permitirían poder ganar otra Copa del Mundo e igualar a O Rei, el único futbolista con tres Copas del Mundo en su palmarés. Además, también tendría la posibilidad de convertirse en uno de los cinco futbolistas (Pelé, Cafú, Ronaldo, Matthäus y Littbarskique) que han alcanzado tres finales, el primero de nacionalidad francesa.

Ante la Albiceleste también podría igualar -o superar- al brasileño en más goles anotados en una final. Pelé hizo tres en total (dos en la final de 1958 y uno en la de 1970), mientras que Mbappé lleva uno, el que le marcó a Croacia en Rusia 2018. Si marca un doblete o un hat-trick, no solo se pondría a la altura de O Rei, sino también a la de Zinedine Zidane, que ha marcado tres goles en finales de Copas del Mundo.

Si explota su faceta como asistente, podría alcanzar al brasileño como el que más pases de gol ha repartido en una misma final (el carioca repartió dos ante Italia en 1970) o el que más asistencias ha dado en finales (el legendario delantero cosecha tres).

De momento, la meteórica trayectoria profesional de Kylian Mbappé, su influencia en el juego de su selección y del París Saint-Germain, ya le convierten en uno de los mejores jugadores -si no el mejor- del momento, y todo parece indicar que reinará durante la próxima década. Recoger la corona de Pelé y el testigo de Messi y Cristiano Ronaldo, solo depende de él.