El transcurso del tiempo, el paso de los minutos en el marcador, la presión cuando en el crono llega la cuenta atrás previa al pitido final... es para muchos deportistas el enemigo más cruel en la pista, pero no para Luka Doncic, que llegó a la NBA en 2018 con el objetivo en mente de hacer historia en la liga más exigente del mundo y lo ha conseguido rompiendo récords a un ritmo violentísimo. El esloveno consiguió este martes ante los New York Knicks una hazaña en la que nunca nadie antes había grabado su nombre: anotar un triple doble de 60 puntos, 21 rebotes y 10 asistencias. Un registro que permitió a los Mavericks vencer a los neoyorquinos con una remontada bestial después de ir nueve puntos por debajo a falta de poco más de 30 segundos para el final.

El '77' se vistió de leyenda para liderar a su equipo y de paso dejar claro que está destinado a estar a la altura de los más grandes. Con una mentalidad que le lleva siempre a creer que todo es posible hasta la conclusión del partido, Doncic arrancó la épica a falta de 33.9 segundos exactamente, cuando el marcador estaba del lado de los Knicks por 112-103.

Sus 18 puntos solo en el último cuarto sirvieron para forzar el tiempo extra, donde sumó otros siete. Una barbaridad. Y regaló a Spencer Dinwiddie la asistencia -con la que completó su triple doble- del triple que mantuvo vivas las aspiraciones de los Mavs de llevarse el partido. Aunque de ese periodo final quedará para los anales su 'milagro' en los últimos segundos del partido para jugar el descuento.

Una jugada de 'pillo' que empezó con un tiro libre lanzado a propósito sobre el tablero para recoger el rebote -precedido de varios intentos de sus rivales- y anotar una canasta de dos que suponía el empate mientras caía. Ninguno de los presentes en el recinto podía creerse lo que había hecho el esloveno, ni siquiera el propio Doncic.

Manos a la cabeza en las gradas, estallido de felicidad de los seguidores de los 'Mavs' y la incredulidad del exmadridista, que mostró su euforia con pequeños saltitos por haber conseguido ir a la prórroga mientras luchaba por mantener la concentración en la pista, siguiendo con la mirada el saque de sus rivales.

El 126-121 que marcaba el tablero una vez concluido el duelo no hace justicia a lo que se vivió en Texas, porque en los últimos 20 años ningún equipo había conseguido lo que los Mavericks de Luka 'Magic' lograron este martes: vencer con menos de 35 segundos por jugar. En total se habían registrado 13.884 derrotas y cero victorias con estos registros, según marcan los datos de la NBA.

Los Dallas contaron además con un espectador de lujo, Dirk Nowitzki, cuya estatua se inauguró este martes y que vio muy de cerca como Doncic le arrebataba el honor de ser el jugador con más puntos anotados con la camiseta de los 'Mavs'.

"Nunca se rinde, y sus compañeros tampoco al ver a su líder tener esa actitud", apuntó sobre su carácter Jason Kidd, técnico de los Mavericks, tras el partido. "Creo que fue un poco de suerte", restó mérito el base a su canasta en los últimos segundos, aunque nunca nadie podrá borrar lo que hizo en el American Airlines Center de Dallas: asegurarse la inmortalidad en la historia de la NBA.