Carlos Alcaraz culminó este domingo el regreso soñado a la competición al proclamarse campeón del ATP250 de Buenos Aires. El murciano anuló por completo a Cameron Norrie (6-3/7-5) en un partido que vale mucho más que un título, pues fue toda una declaración de intenciones: el pupilo de Juan Carlos Ferrero quiere recuperar el número uno que ahora ostenta Djokovic.

Un calvario de 107 días vivió el joven tenista de El Palmar desde que abandonó lesionado el torneo de París-Bercy hasta esta jornada de domingo, cuando volvió sonreír en la pista con un nuevo título en la mano, el séptimo en su corta y brillante carrera. Demasiado tiempo inactivo para un competidor nato que desde los primeros días en la capital argentina desveló su objetivo principal de 2023, recuperar el liderato de la ATP «lo antes posible».

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Esa ambición, la misma que ya había demostrado partido a partido desde octavos, fue la que sacó a relucir ayer desde el primer peloteo, acabando así con las dudas sobre su estado físico.

El duelo entre el español y el británico comenzó muy serio, con dos tenistas implacables al servicio y precisos sobre la perfecta tierra batida de Buenos Aires hasta el 3-3. Sin embargo, pronto se desbarató el plan de Norrie, pues cometió el craso error de desvelar a Alcaraz su pérdida de precisión en los primeros servicios, dando banda ancha al flamante campeón de US Open para romperle el servicio y asfixiarle hasta el 6-3 final de la primera manga.

Con un repertorio de sus ya reconocibles dejadas, estiradas imposibles y cañonazos planos, certificó la confianza que quizás le faltó en los primeros instantes del partido, y encadenó hasta seis juegos para llegar sin oposición al 3-0 del segundo set. Fue entonces cuando, en una mezcla de excesiva seguridad de Alcaraz y orgullo de Norrie, el británico apretó el marcador. El número dos del mundo confió todo a su servicio, como también hizo el duodécimo a la vez que apretaba desde el resto, una estrategia que le llevó a recortar distancias hasta el 5-5.

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Alcaraz sintió entonces la presión, aumentó el ritmo y puso el punto final antes de llegar al tie break. 160 días tardó en llegar un nuevo título desde que ganara su primer Grand Slam, el primer paso de un plan perfecto que pasa por hacer una gira sudamericana perfecta para llegar a Indian Wells con opciones de volver a ser líder.