Desde que se anunció su fichaje por Aston Martin, las expectativas en torno a Fernando Alonso, incluso a sus 41 años, no han parado de crecer. Primero pasó de 'El Plan' a 'La Misión', y desde entonces el arduo trabajo del piloto asturiano y de su nueva escudería ha ido asombrando y convenciendo a los más entendidos del 'Gran Circo' mientras daban sus frutos en la pista.

Nadie, ni siquiera sus fans más optimistas, esperaban aun así un rendimiento como el que el AMR23 parece capaz de ofrecer en manos de Alonso. Los rumores comenzaron al conocerse que Dan Fallows y Eric Blandin, los jefes de aerodinámica de Red Bull y Mercedes, trabajaban en el monoplaza, que deslumbró en su presentación por lo novedoso de su diseño a nivel, precisamente, aerodinámico.

A pesar de todo, la expectación y las dudas han ido siempre de la mano... hasta los test de pretemporada de Baréin, donde además arranca el día 5 el Mundial 2023. Con un segundo y un tercer puesto en cada sesión, siempre el primero por detrás de Verstappen, y con el beneplácito de los susurros en el paddock, Alonso ha confirmado que Aston Martin podría ser la auténtica sorpresa, el agitador del campeonato. 

Muchos rivales señalan su mejoría y ya les sitúan a la altura de Mercedes o Ferrari, pero solo la competición podrá dictar sentencia, y eso es lo que espera con más ansias Fernando Alonso después de unos test muy productivos: "Después de un largo invierno, es bueno obtener un kilometraje fuerte desde el principio, y no hay mejor entrenamiento que conducir un coche de Fórmula 1. Ahora me siento más en forma y más entonado para la próxima semana, que será mi primera carrera con Aston Martin. Estoy entusiasmado".

“Fue un buen día para nosotros con muchas vueltas completadas, justo lo que necesitas en un coche nuevo. Tuvimos un programa completo y probamos muchas cosas diferentes", indicó el ovetense al finalizar sus 'stints' de prueba en Sakhir este viernes, a falta todavía de la última sesión de entrenamiento de la pretemporada, el sábado. Lo mejor, que el coche parece tener aún un potencial tremendo por explotar.

En declaraciones a Aston Martin, el bicampeón del mundo se mostró con "muchas ganas" de volver a conducir este sábado por la tarde para seguir "recopilando la mayor cantidad de datos posible", después de haber firmado unas meritorias 130 vueltas el viernes que le permitieron explorar a fondo el coche, aunque aún le quede mucho trabajo por delante. Por la mañana, será Felipe Drugovich quien pruebe el AMR23, pero Fernando tendrá la última palabra por la tarde.

La ilusión es evidente en las palabras, las sonrisas y los gestos de Fernando Alonso. Su nueva escudería parece haber puesto toda la carne en el asador por él, y el asturiano se lo piensa devolver con creces. Además, Aston Martin no ha puesto todavía ningún motor en modo agresivo para sacar o buscar tiempos concretos, lo que hace que su cercanía con Red Bull y Verstappen no parezca un espejismo, y ha conducido ambos días con la misma carga (elevada) de gasolina.

Siempre comedido, siempre prudente, le resulta inevitable alimentar la esperanza de sus seguidores, pero esta vez lo hace porque sabe que existen motivos y argumentos para agarrarse a ellos. El AMR23 cada vez se adapta mejor al estilo de conducción de Fernando en frenada y dirección, y el equipo se coordina con su nuevo piloto a una velocidad endiablada. La 33 está cada día un poquito más cerca, y esta vez parece que va en serio.