OPINIÓN

El optimismo del Madrid

Histórica manita del Real Madrid en Anfield
Vini celebra uno de sus goles en Anfield.
EFE
Histórica manita del Real Madrid en Anfield

Hace algunos años, Xavi, siendo jugador del Barça, me dijo que una de las principales diferencias entre ellos y el Real Madrid era el optimismo. Me explicó cómo en el club blanco eran capaces de creer en remontadas por muy imposibles que parecieran, por muy lejos que estuvieran en la clasificación. Así, y esto es cosecha propia, el Madrid se ve siete puntos por detrás y pelea; el Barça, en esa situación casi se autodestruye, sufre las críticas de su propio entorno y piensa en la próxima temporada.

Estamos justo en esa situación. El Barça tiene una posición privilegiada en la Liga y encara las semifinales de Copa con la vuelta en el Camp Nou. Sin embargo, afronta el primero de los tres clásicos de los próximos 30 días en un momento de cierta zozobra. Las lesiones de sus hombres más importantes –Pedri por encima del resto– y la eliminación europea han abierto un escenario distinto.

La Liga parecía decidida, pero ahora el Madrid ejerce otra vez de Madrid. Ya no está Alfredo Relaño para convocar a la ‘Cofradía del clavo ardiendo’ o para hacer una ouija con Toñín el Torero y Tomás Roncero invocando a Juanito, pero está la calma y la voracidad de un equipo insaciable de títulos en las últimas temporadas. 

No es que el Madrid lo vaya a tener fácil. Este mismo fin de semana tiene un escollo importante en Sevilla ante el Betis. Sabe que él no puede fallar, mínimo hasta el Clásico de Liga del día 19, y una vez allí, meter el miedo en el cuerpo de su rival. Lo de hoy no son tres puntos, pero puede tener influencia directa sobre lo que pase en Liga. Si el Barça pierde, será la tercera derrota consecutiva y eso a un equipo como el azulgrana le levanta las suficientes ampollas como para caminar incómodo un par de semanas. 

Así que más allá de la búsqueda de un puesto en la final, el madridismo ha olido la sangre y quiere jarana. Sin Pedri, sin Dembélé, sin Lewandowki, los blancos creen que es momento de no perdonar. Quieren sembrar esa sensación de la que ya hablaba Xavi hace años. 

El de esta noche es, a priori, el menos relevante de la serie de tres Clásicos. Y sin embargo, por el momento en el que llega, puede ser el que haga más daño y el que le abra más la puerta al Madrid de la lucha por otra Liga. Siete puntos son muchos, pero desde Madrid siempre parecen menos que desde Barcelona.

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