Fernando Alonso ha vuelto a subirse al podio este domingo en el Gran Premio de Australia, y otra vez lo ha hecho con muchísima tensión de por medio, como en Jeddah, tras chocar con Carlos Sainz y perder momentáneamente la posición.

El asturiano y el madrileño se encontraron en la tercera resalida de la carrera, después de la bandera roja por el golpe de Magnussen con el muro que le dejó sin rueda.

A la llegada de la primera curva, justo después de que Alonso pelease con Hamilton por el segundo lugar, Sainz tocó con su rueda delantera izquierda la trasera derecha de su compatriota, lo que provocó que el bicampeón perdiese el control y su coche trompease para irse a la hierba.

Lejos de enfadarse con Sainz, Alonso se preguntó cómo Dirección de Carrera había estimado oportuno mostrar la bandera roja a dos vueltas del final, y pidió a su equipo que comprobase si se había completado la vuelta tras el accidente de los Alpine, pues existía la posibilidad de recuperar el tercer puesto. 

El piloto de Ferrari, por su parte, recibió una dura sanción de cinco segundos por provocar el accidente con el bicampeón y se lamentó cuando se enteró de la penalización: "Es inaceptable, es demasiado severa", apuntó, antes de pedir que esperasen hasta el final de la carrera para hablar con él y decidirlo.