El mundo del motor vive sus días más negros en España, en concreto en la arriesgada disciplina del rally, donde tres pilotos han perdido la vida en apenas siete días de diferencia. Julio César Castrillo y Francisco Javier Álvarez, el pasado fin de semana, y David Pérez Tomico, este sábado, han sido las últimas víctimas que se ha cobrado la modalidad más peligrosa de velocidad en nuestro país.
La pasada semana el deporte de motor se tiñó de luto en una jornada de sábado marcada por el trágico fallecimiento del piloto Julio César Castrillo y su copiloto Francisco Javier Álvarez, ambos en el momento del aparatoso impacto contra un árbol que terminó con el coche completamente destrozado.
El accidente se produjo en una recta, una parte del trazado poco complicado para pilotos experimentados de la talla de Julio, lo que abrió la hipótesis que apunta a que sufrió un ataque al corazón antes de perder el control del vehículo.
La consternación se instaló entre seguidores y corredores de este tipo de pruebas, y lo volvió a hacer este sábado, apenas siete días después, con el accidente que le costó la vida a David López Tomico. Ocurrió en Ávila, durante la disputa del Rallysprint San Bartolomé, cuando el piloto y su copiloto se precipitaron por un barranco de unos 50 metros de profundidad.
Fue la propia organización del evento, tras la intervención de los servicios sanitarios, la que confirmó el fallecimiento de David López, no así de su acompañante, que fue trasladada al hospital con heridas de diversa consideración. Una nueva tragedia en el rally español que supuso la cancelación del evento.
El rally, una de las pruebas más extremas del motor
En la disciplina de rally los pilotos compiten contra el cronómetro, corren a la máxima velocidad posible con el objetivo de hacer el menor tiempo posible en un trazado determinado. Ello lleva a los pilotos al límite y ello, unido al resto de factores en los que se desarrollan las pruebas, convierte cualquier mínimo fallo en tragedia.
La alta velocidad, la sinuosidad de los trazados, las carreteras estrechas o los caminos sobre grava y los fenómenos medioambientales son fenómenos a los que no se enfrentan otro tipo de disciplinas como la Fórmula 1 o las carreras de resistencia, donde las extremas medidas de seguridad de los circuitos reducen considerablemente la mortalidad en los accidentes.
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