Un Real Madrid esperpéntico fue aplastado en Girona, dejando una imagen indignada del que todavía es el vigente campeón de Liga y de Europa. A los catalanes les bastó con su intensidad, sus ganas y su deseo de ganar para aplastar a un equipo que abochornó a sus aficionados y tiró por la borda las escasas opciones que tenía en la lucha por la Liga.

Confundieron los jugadores blancos el reservarse algo para la Champions –la cabeza la tenían en los partidos ante el Manchester City– con una desidia impropia del escudo que defienden. El resultado: una goleada escandalosa con un protagonista: el argentino Taty Castellanos, autor de los cuatro goles del partido. 

Ancelotti siguió con su política de rotaciones y el equipo que salió, pese a algún retoque, no distaba demasiado del que se había exhibido en el Camp Nou y ante el Chelsea. Sin embargo, la motivación era distinta, y en Primera división, si un equipo no va a tope, lo paga, por mucho lleve el escudo del Real Madrid. 

La tuvo Rodrygo nada más empezar en una jugada de Vinícius –el único que le puso ganas de verdad–, pero no acertó a marcar y en la primera que tuvo, el Girona marcó. Con una combinación aparentemente sencilla, el conjunto catalán profundizó por la banda izquierda y el centro de Riquelme lo remató de cabeza, totalmente solo, Taty Castellanos a la red.  

Solo Vinícius tiró de orgullo, con constantes internadas por su banda que volvieron loca a la defensa local. En la mejor, de nuevo encontró a Rodrygo, pero no tuvo suerte ayer el sustituto de Benzema de ‘9’. Y casi a continuación la relajación castigó al Madrid. Un simple balón largo a la espalda encontró el fallo de Militao, que se confió en exceso, el Taty le ganó la partida y fusiló en el mano a mano al transparente Lunin.

Acorraló entonces el conjunto blanco al Girona en su área, con una llegada detrás de otra y una presión constante. Un preciso centro de Asensio encontró a Vinícius, que no perdonó de cabeza. Parecía que todavía había partido. 

El tercero no llegó antes del descanso porque Tsygankov no estuvo acertado en otro despropósito defensivo madridista, con Nacho y Militao chocándose y cayendo, pero sí lo hizo en el primer minuto. Un simple centro al área encontró a Castellanos, que remató de cabeza ante la pasividad del central brasileño (¡vaya tarde la suya!). 

El Madrid dominaba, pero era el Girona el que siempre dio la sensación de estar más cerca del gol en cada contra, hasta que llegó el cuarto. Couto ganó con una gran facilidad la línea de fondo por la derecha, su centro se paseó por el área sin que ningún zaguero blanco despejara el balón y el remate de Castellanos batió a un impotente Lunin.  

Se aferró el conjunto blanco a Vinícius para maquillar, al menos, el resultado, y el brasileño se sacó una gran jugada para regalarle el gol a Lucas Vázquez. Poco consuelo para un triste y decepcionante Real Madrid que se despide en Girona de la Liga.