UFC 289 nos ha dejado una doble campeona eterna, que ha sabido retirarse en la cima sin necesidad de castigar el cuerpo más de la cuenta: sabia decisión. Pero la gran velada del mes también nos ha dejado un claro retador al cinturón del peso ligero (70 kilos), y este es Charles Oliveira.

El brasileño cerró las bocas de todos los que teníamos dudas. Salió a la jaula concentrado y muy seguro de sí mismo. Tanto es así que logró finalizar la pelea en el primer asalto frente a un Beneil Dariush que venía de ocho victorias consecutivas, casi nada. Empezó el primer asalto y el iraní trató de marcar la senda de su victoria con una patada al hígado que tenía la clara intención de sacar el aire del brasileño. A partir de ahí el pleito se convirtió en un monólogo de Oliveira, estuviera en el clinch, por debajo en el suelo o golpeando arriba. En la reja el brasileño colocó una rodilla muy dura, en el suelo siempre dio sensación de peligro y arriba se mostró demoledor:

Oliveira lanzó una mano derecha que se quedó a escasos centímetros de su rival, pero en realidad lo que quería con ese golpe era esconder su pierna derecha que sí llegó a impactar. Lo hizo en la guardia de Dariush pero, aun así, le removió las ideas. Oliveira olió la sangre y empezó a lanzar golpes muy precisos al mentón del iraní, hasta que un crochet de derechas lo puso en el suelo. A partir de ahí Oliveira aplicó su “ground and pound” y el árbitro paró la pelea.

Cuando Daniel Cormier le preguntó qué quería hacer en su siguiente pelea el brasileño fue claro. Quiere la revancha con Makhachev:

“Necesito enviar un mensaje. La última vez [derrota con el ruso] visteis el diez por ciento de mí y ahora habéis visto el 120%. El campeón tiene nombre y es Charles Oliveira. Dana, soy el siguiente por el título”.

El actual campeón, Islam Makhachev, no ha tardado en responder, diciendo que muy bien por Charles pero que "todavía hay niveles":

Dana White, en cualquier caso, ha dicho que hasta el martes no sabremos si se confirma esta pelea. Parece que quiere darle emoción pero está claro que el brasileño se ha ganado el derecho a la revancha con Makhachev. Lo que ha hecho a lo largo de su carrera es sencillamente impresionante. Es el máximo finalizador y se ha sabido reponer de todos los reveses que ha tenido a lo largo de su carrera. La lista de peleadores que se han deshinchado después de perder el título es infinita, pero “Du Bronx” ha sabido dar un golpe encima de la mesa para reclamar que todavía está aquí.