El triunfal binomio Marc Márquez-Honda parece haber llegado a su fin. Lejos quedan los días de gloria, emborronados ahora por las constantes caídas del catalán, de un hombre que podría poner fin a su aventura en la que siempre ha sido su casa gracias a un interesante baile de cromos en la parrilla.
El piloto siempre ha defendido su idea de encontrar una solución en Honda y de terminar su contrato el próximo 2024, pero el hartazgo ante una situación insostenible parece provocar ahora un cambio de opinión en Márquez, pese a que este mismo jueves asegurara que en su cabeza solo está continuar en Honda.
El runrún en la parrilla en torno a una ruptura es constante, especialmente después de una presunta cumbre celebrada en Mugello entre Márquez, su mánager Jaime Martínez Recasens y la dupla Shiniji Aoyama-Koji Watanabe, vicepresidente ejecutivo de Honda y presidente de Honda Racing Corporation respectivamente.
No es un movimiento sencillo, aunque a día de hoy sí existe una opción remota que permitiría poner fin a una relación tan fructífera antaño como dolorosa ahora. Un verdadero baile de cromos para dejar un asiento libre a Márquez en KTM.
Todo pasa por la inclusión de dos motos KTM más en la parrilla. Un nuevo equipo que permitiría a la marca subir a Pedro Acosta y ponerle al lado a Miller, ahora en el Red Bull KTM Factory. En su hueco entraría Márquez junto a Brad Binder.
Todavía queda temporada por delante, suficientes carreras para dar un giro de 180 grados a la situación de Honda o, según se mire, demasiadas para un Márquez que lo sufre en sus carnes cada fin de semana. El final de una era parece más cercano que nunca, y ya se empiezan a bocetar fórmulas plausibles para adelantarlo.
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