Millonarios en busca de experiencias extremas que intentaron subir montañas, pagaron un dineral y murieron en el intento
El reciente caso de Titán, el sumergible accidentado en el Océano Atlántico mientras llevaba a algunos clientes a contemplar los restos del Titanic, es un ejemplo más para demostrar que el dinero no da garantías de supervivencia en la búsqueda de sensaciones y experiencias extremas.
Cada año nos llegan noticias de clientes que tras haber pagado una gran cantidad de dinero se aventuran a ascender la montaña más alta del mundo, el Everest (8.848 m). El turismo de altura se hace más y más popular. Hoy en día, pagando más de 220.000 dólares, uno puede vivir la experiencia incluso a modo de 'cliente VIP': carpas con servicio de masaje en el campamento base, vino y champán a disposición de los los clientes, fuegos artificiales en el campamento base, peluquería, tiendas de campaña con instructor de yoga y alojamientos a 5.000 metros con reminiscencia de una habitación de lujo, esperan a los millonarios que antes de llegar a Nepal incluso programan su propio correo electrónico para responder que se han ido al Everest, porque lo imposible está a su alcance. La gran mayoría de ellos sin tener ninguna experiencia en montañismo.
Pero a pesar de disponer de tres sherpas guía que llevan la mochila, el agua y los tanques de oxígeno suplementario para el cliente durante las ascensión, pasan accidentes con fatales consecuencias. En muchas ocasiones ha pasado que el visitante improvisado como alpinista ha colapsado y muerto después de llegar a la cima, durante el descenso, en la zona de muerte, por encima de los 8.000 metros
En mayo de 1999, el británico Michael Robert Matthews de 23 años, hijo de un millonario, y a la vez un comerciante exitoso de Londres a pesar de su corta edad, quiso aventurarse en la montaña más alta del mundo. El hecho de subir al Everest iba a darle aún más prestigio. Matthews ascendió usando oxígeno embotellado e iba acompañado por su guía Mike Smith, pero desapareció para siempre en el descenso. Tres horas después de coronar Everest, se levantó un vendaval fuerte y a 8.600 metros el chico desapareció durante el descenso. Posiblemente sufrió una caída fatal.
La familia del joven posteriormente tomó acciones legales contra la agencia, culpando a a tres guías, uno de ellos, al propio Smith. Matthews había pagado 40.000 dólares para participar en esa expedición en 1999 y tenía poca experiencia en montaña. La demanda contenía acusaciones graves contra la agencia, afirmando que los aparatos de oxígeno no cumplían con las normativas. La agencia se defendió alegando que el chico sabía perfectamente que se embaracaba en una aventura que podría costarle la vida, y que los aparatos de oxígeno funcionaron bien. También según algunas versiones posteriores no demostradas, el guía abandonó a su cliente.
En 2021 el checo Petr Kellner, un millonario empresario que pertenecía a las 500 personas más ricas del mundo según la lista de Bloomberg, perdió la vida en Alaska cuando iba a practicar heliesquí. El helicóptero Airbus AS350 B3 en el que viajaba junto a otras tres personas y el piloto se estrelló cerca del glaciar Knik. Kellner.
El tesoro de Forrest
Forrest Fenn, un antiguo piloto de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, y comerciante de arte, en 2010 escondió un alijo de joyas y de oro por valor de más de casi 2 millones de dólares, en las montañas Rocosas de los Estados Unidos y publicó un libro para dar algunas pistas de dónde estarían las joyas. La gente se volvió loca, y miles de personas se echaron a la aventura para buscar el cofre de tesoro de Fenn en las Rocosas. La carrera por la recompensa millonaria duró diez años, durante la cual cinco personas perdieron la vida en diferentes accidentes ocurridos entre 2016 y 2020. En junio de 2020 Fenn publicó en un blog que el tesoro fue encontrado. Un estudiante de medicina de 20 años dio con el cofre. Unos meses más tarde Fenn murió tras una larga enfermedad. Durante esos diez años que duró la carrera para encontrar la recompensa, en varias ocasiones se había pedido a Fenn que detuviera a la gente y retirara la idea, pero Fenn no lo hizo.