El inicio de una nueva temporada de fútbol trae consigo el anuncio de los nuevos diseños de las camisetas que lucirán las grandes estrellas sobre el césped. Los aficionados más fieles no dudan en acometer grandes desembolsos para hacerse con la nueva piel de su equipo, con el dorsal de su jugador favorito o nueva gran estrella fichada, un gasto cada vez mayor por una camiseta que llega a las manos del fan por un precio hasta diez veces mayor que el verdadero coste de producción de la prenda.

Así lo ha desvelado Peter Rohlmann, experto en márketing deportivo, que ha desglosado el precio de una camiseta de fútbol oficial en un estudio publicado por el medio británico Mail Online. Un trabajo exhaustivo, centrado en la Premier League,  muy útil para comprender el funcionamiento del mercado de las camisetas. 

Según este experto alemán, el coste de producción (materiales, mano de obra y transporte) de una camiseta oficial no suele ser superior a los 9 euros, sin embargo, eso es tan solo una décima parte de lo que paga el aficionado en el mejor de los casos, considerando que una camiseta ronda los 96 euros (siempre que no incluya dorsales personalizados o parches, detalles que pueden llegar a duplicar el precio de una camiseta en tienda). 

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Entonces, ¿a dónde va el resto del dinero? Según los cálculos de Rohlman se distribuye de la siguiente manera: unos 31 euros van al vendedor (normalmente el club o tienda deportiva), unos 28 a la marca (Adidas, Nike, Puma...), unos 16 de impuestos (como el IVA), unos 6 euros al club por los derechos, y otros 5.50 en gastos de distribución local y marketing.

Los precios, en aumento progresivo año a año, son fijados por las marcas que pagan contratos millonarios a las entidades deportivas para contar con el derecho de fabricación de las prendas. Por ello, estos pueden variar en función del club y la marca encargada de realizarlo.