El partido de Wimbledon de el pasado domingo entre la ucraniana Elina Svitolina y la bielorrusa Victoria Azarenka acabó con una polémica que viene ocurriendo ya desde que estalló la guerra de Ucrania. 

Tras derrotar Svitolina a Azarenka, esta se marchó directamente al banquillo sin dar la mano a la ucraniana, que habitualmente no saluda a las rusas y bielorrusas como protesta contra el conflicto bélico. El público abucheó a Victoria, a pesar de hacer el amago de saludar desde lejos, lo que ha avivado la polémica.

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Tras este nuevo episodio, la WTA ha vuelto a pronunciarse a través de un comunicado en el que, otra vez, defiende la posición de las tenistas ucranianas de negar el saludo a sus rivales rusas y bielorrusas tras los encuentros.

"Debido a la reprensible guerra en curso, la WTA respeta la posición de las atletas ucranianas al renunciar a la tradición de estrechar la mano de las rivales (de Rusia y Bielorrusia) al final de un partido, ya que se trata de una decisión personal. Tenemos algunos de los mejores fans del mundo y estamos agradecidos por su pasión y dedicación, y les agradecemos su comprensión y respeto por las atleta", afirma la Asociación en el comunicado.