En sus más de cien años de historia, en Wimbledon se han vivido momentos de todo tipo, instantes emotivos, tristes, felices... pero nunca tan surrealistas como el que se pudo presenciar el pasado lunes en el encuentro de octavos de final entre Medvedev, que será rival de Alcaraz en semifinales, y Lehecka.

Antes de que el tenista checo tuviese que abandonar el encuentro por lesión, irrelevante para la victoria porque el ruso se mostró intratable, se produjo un intercambio de golpes entre ellos con un desenlace muy poco habitual. Sin duda, uno de los momentos más extraños de la historia del tenis, y los ha habido de todos los colores.

Medvedev lanzó un golpe durísimo al que intentó responder Lehecka sin mucho éxito, porque el golpe venía a una velocidad y con una fuerza tremendas. Intentó mantener Lehecka la bola dentro de la pista de hierba londinense, pero su devolución fue tan defectuosa que resultó ser brillante por improbable, porque envió la pelota directa al fondo del vaso de cerveza de uno de los aficionados presentes en las gradas.

La sorpresa en el rostro del espectador dejó paso a la risa, compartida por toda la grada en Wimbledon, que contemplaba estupefacta y maravillada a partes iguales el vaso que exhibía orgullosamente el aficionado. Un recuerdo que atesorará sin duda para el resto de su vida.

Así, Lehecka abandonó sin querer durante unos instantes el tenis para profesionalizarse en el 'beer pong', un juego de gran popularidad en el que el objetivo no es ganar, si no beber lo máximo posible, aunque el checo se llevase al final el mal trago de la derrota tras su retirada por lesión.