Carlos Alcaraz superó un enmarañado debut en el Masters 1.000 de Canadá -en Toronto este año- ante Ben Shelton en la madrugada de este miércoles al jueves. El flamante campeón de Wimbledon tuvo que olvidarse de las florituras para resolver la enigmática estrategia de la joven perla norteamericana, a la que venció en un partido sentenciado en el tie-break del segundo set (6-3/7-6(3)).

No fue una 'vuelta al cole' agradable para el N.º 1 mundial, aunque el partido empezó muy de cara para un Carlitos que estrenaba el cuadro de Toronto ante un jugador al que seguro volverá a medirse en los próximos meses. Ben Shelton, el prometedor joven de la quinta de Carlitos que disputa este año su primera gira completa, es la gran esperanza del tenis estadounidense, ahora lejos de sus mejores años de gloria.

Shelton, sabedor de sus pocas opciones ante el flamante ganador de Wimbledon, optó por un plan de juego 'kamikaze' al resto. No quería ni medio peloteo, tan solo puntos cortos resueltos con derechazos potentes con capacidad para sorprender a un Alcaraz algo rezagado en cuanto a ritmo de pelota.

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Alcaraz salvó el break en sus dos primeros turnos y se marchó con la mínima ventaja en el marcador al primer descanso, aunque pronto conseguiría romper el saque de un oponente quizás algo agarrotado pro la magnitud del duelo. Shelton, de saque poderoso, apostó todo al resto y titubeó en su segundo turno al servicio, renuncio que no dejó escapar el murciano para conseguir una ventaja con la que jugaría tranquilo hasta cerrar el primer set.

Alcaraz sembró tranquilidad con ese primer punto en su casillero, pero la realidad sería bien distinta en el inicio del segundo set. Pues, si en el arranque del partido el murciano resolvió con facilidad los potentes restos de Shelton con la alternancia de saques, ahora le tocaba hacer frente a un estilo de juego menos huracanado y de bolas más incómodas desde el otro lado de la red. 

El norteamericano llevaba la iniciativa en el saque, y mientras demostraba su dominio de la técnica y la potencia a la hora de poner la bola en juego con sucesiones de puntos sencillas, hacía sufrir a Alcaraz desde el resto con un estilo más defensivo.

Alcaraz no encontraba el hueco de la ruptura, tampoco disfrutó de demasiadas oportunidades para hacerlo ante el avance sólido de su oponente en el marcador, y al final tuvo que resolver en la tesitura de partido donde siempre se suelen imponer los más grandes... en el tie break.

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Alcaraz llegó al desempate en un momento de imprecisión respecto al juego de su oponente, pero las muertes súbitas siempre son diferentes. No jugó bonito como acostumbra, pero sí efectivo, y cerró un enmarañado partido de poco ritmo de bola para meterse en octavos.

En la siguiente ronda le espera un rival complicado, el polaco Hubert Hurkacz, también potente al servicio y cómodo en superficies duras de alta velocidad como sobre la que se disputa este torneo. No será un partido fácil para el murciano, especialmente si el polaco ha tomado nota de lo ocurrido hoy en la pista central de Toronto.