Raúl Rodríguez Vega Subdirector '20minutos'
OPINIÓN

Kylian Mbappé, el gran cansino

Kylian Mbappé y el Real Madrid.
Kylian Mbappé y el Real Madrid.
20minutos
Kylian Mbappé y el Real Madrid.

La ilusión se acabó de tanto desgastarla. Fueron tantas portadas, letras de tinta en caudal hacia el mar, tantas fotos en las redes que este año no había lugar a dudas: por fin, Mbappé ficharía en el tórrido verano de 2023 por el Real Madrid. El chico por fin había tomado nota de los latidos de su corazón, blancos y puros. Muchos lo creímos y más aún lo afirmaron como mandamiento bíblico, la llegada del Mesías. Alabado fuera él. 

Y es que las señales no dejaban lugar a dudas. La verdad estaba ahí fuera. Carnaza diaria para los periodistas, que siempre picamos: publicaba en Instagram una foto con un 9 de corazones: evidente, el '9' que le guardaba el Madrid. Posteaba una foto con Rodrygo: clarísimo, le pedía consejo para buscar casa. Le pillaban poniéndose unos calzoncillos blancos, un guiño sin igual. Nada podía fallar esta vez. Esta vez no.

Un poquito de historia.

14 años tenía el chiquillo cuando pisó por primera vez la Casa Blanca con Zidane como cicerone. En aquella ocasión, el séquito Mbappé ya dejó claro que les movía el corazón: un piso en La Moraleja, un pupitre en el Liceo Francés y una nómina mensual para toda la familia como pasarela para la mudanza. Con las firmas casi acostadas en el contrato, se echaron para atrás. El niño era muy niño aún, vinieron a decir, según los periodistas mejor informados de aquellos tiempos.

La historia se fue repitiendo en varias ocasiones, pues para eso es historia, y el Real Madrid continuó cayendo en la misma trampa, piedra que veo, piedra donde tropiezo. Mbappé ponía ojitos a la camiseta blanca durante todo el curso, al aficionado se le caía la baba mojando portadas mil y, al final, corazón partío, pues tocaba esperar un año más.

La traición de 2022, cuando el jeque tiñó el Sena de oro para retener a su diamante, fracturó al madridismo en dos facciones: los que podrían llegar a perdonar a Mbappé y los que nunca jamás. Muchos cambiaron de orilla -la memoria es débil si interesa- cuando el chaval dijo que no renovaría en 2024, cuando el PSG se planteó venderlo ya para rascar algún billete y cuando todo parecía ya dispuesto, porque 1+1 siempre suelen ser dos. El Madrid, escarmentado, quieto parado. 

La jugada de Mbappé and family parece haber llegado este curso a su fin. El delantero se queda en el PSG este año y Al Khelaifi ya tiene tiempo para intentar convencerlo de que un año no es nada y de que podría regalarle la Luna. Mientras, queda la sensación de que para él todo fue un juego, una estrategia para sacar tajada y un vacile Madrid-París con ida y vuelta donde nunca hubo lugar para los sentimientos. Quizás en esto se haya convertido ya el fútbol. 

¿Dónde habita la ilusión cuando uno puede cobrar 130.000 euros al día? Quizás allí debajo, bajo el enorme colchón de billetes, donde nada se siente.

PD: la historia no ha acabado, conste.

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