España ha alcanzado por fin la gloria que tanto ansiaba. Cuando el fin se asomaba para la mejor generación de la historia de la selección española femenina, que siempre se quedaba a las puertas de hacer algo grande, llegó el Mundial de Australia y Nueva Zelanda.
Ha sido un largo camino de más de dos meses que arrancó en Las Rozas y ha terminado en Sídney, en la gran final, con la medalla de oro colgada del cuello y la primera Copa del Mundo de la Roja en manos de las 23 jugadoras que nos han llevado a lo más alto. Pero, ¿cuáles han sido las claves del éxito de este equipo?
Mejora de las condiciones
Parece imposible, en pleno momento de orgullo por lo conseguido, acordarse de que hace un año más de 15 jugadoras —las que enviaron el correo a la RFEF más Alexia Putellas, Jenni Hermoso e Irene Paredes— decidieron dar un paso al lado para reclamar una "apuesta decidida por un proyecto profesional". Solo tres de 'las 15' han disfrutado de la cita mundialista pese a que muchas cambiaron de opinión, pero ha sido el esfuerzo de todas ellas el que obligó a sentarse a 'los que deciden' para mejorar las condiciones de la selección femenina.
El plan de conciliación familiar impulsado por la Federación, que ha permitido a las jugadoras estar acompañadas de sus familias —Ivana Andrés con su hija Jara y su mujer, o Irene Paredes con su hijo Mateo y su pareja— durante todo el torneo, la llegada de un nutricionista al cuerpo técnico, una figura que nunca había existido en la selección femenina, más fisios, y el tempranero aterrizaje de la Roja en Auckland, casi dos semanas antes de su debut, para aclimatarse, han jugado un papel fundamental en el éxito de España.
Tere Abelleira, al pivote
El mejor partido de la selección española en la Eurocopa de Inglaterra había sido con Teresa Abelleira en el campo actuando de pivote. Su salida del campo significó un antes y un después en el partido, que terminó cayendo del lado de las Lionesses. En esta Copa del Mundo, Vilda no ha dudado ni un segundo en darle las llaves del centro del campo a la gallega, que ha brillado como nunca y se ha alzado como una de las revelaciones del torneo.
La pareja de centrales
Irene Paredes e Ivana Andrés arrancaron el Mundial como la pareja de centrales titular. Cumplieron bien ante Costa Rica y Zambia, pero la defensa del Real Madrid cayó lesionada ante el combinado africano. Vilda le dio la oportunidad a Rocío Gálvez ante Japón, pero no cuajó —las niponas golearon 0-4 a España— y eso le abrió las puertas a Laia Codina, que no ha perdido el puesto ni con el regreso de Ivana. La zaguera del FC Barcelona ha aportado seguridad, contundencia y sobriedad a la defensa, además de poderío en el juego aéreo, algo que echaba mucho en falta la Roja.
Jenni-Aitana-Salma
La magia de Jenni Hermoso ha vuelto a hacer soñar a toda España en este Mundial. Cuando el balón pasa por sus pies, se siente esa tensión que solo generan los mejores jugadores del mundo. La máxima goleadora histórica de la selección española ha vuelto a demostrar que ella lo es, desde la punta de ataque o desde el centro del campo, donde más ha brillado en Australia y Nueva Zelanda.
Otra estrella que ha destacado con fuerza en el firmamento de la Roja ha sido Aitana Bonmatí. La mejor jugadora de la última Champions, que añadió a su palmarés, ha sido también la Balón de Oro de la Copa del Mundo. Cuánto elegancia guardan esas botas, cuánta fantasía. No ha decepcionado con la selección, a la que ha guiado a lo más alto.
El futuro de la selección está en buenas manos con Salma Paralluelo. La delantera culé se echó el equipo a la espalda para llevar a España a cuartos y 'semis'. Dos golazos en ambas citas y una gran actuación en la final le han dado el premio a mejor jugadora joven del torneo. Verticalidad, olfato goleador y calidad para dominar el fútbol durante una década. Ya tiene, además de la Champions, la triple corona: campeona del mundo sub-17, sub-20 y absoluta.
España ya ha conquistado el mundo. Ahora solo queda disfrutar del primer gran triunfo de la selección española femenina. El primero de muchos, visto el potencial de este equipo en todas sus líneas. ¿Próximo reto? La celebración con una afición que se ha volcado con ellas.
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