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Rubiales pide disculpas 'obligado', le falta convicción y no se responsabiliza

El memorable triunfo de la selección española femenina de fútbol se ha visto enturbiado por el beso en la boca que le da Luis Rubiales a la jugadora Jenni Hermoso durante la celebración del Mundial. 

Ni sus palabras ni su actitud parecen demostrar que el Presidente de la Federación Española de Fútbol de verdad siente lo que ha hecho. Analizo entre paréntesis dentro de su discurso el contenido velado tras su supuesto perdón:

"Hay un hecho (como si ocurriera de forma fortuita) que tengo que lamentar (obligación) y es todo lo que ha ocurrido (evita nombrar la palabra beso o el verbo besar y elude su voluntad directa) entre una jugadora y yo (como si fuera un suceso recíproco y no unilateral), con una magnifica relación entre ambos (justifica el beso) al igual que con otras (le resta importancia). Donde seguramente me he equivocado (le da probabilidad sin convicción personal), lo tengo que reconocer (obligación) porque en un momento de máxima efusividad (se justifica) sin ninguna mala intención, sin ninguna mala fe, ocurrió lo que ocurrió (como si fuera producto del azar) de una manera muy espontánea (no se responsabiliza y dulcifica el hecho)"

No hay una sola frase en su discurso que muestre certeza, seguridad, compromiso con sus palabras, responsabilidad, reconocimiento ni arrepentimiento. Al revés, lo que proyecta son evasivas, minimiza su error y evita utilizar las palabras reales que describen lo ocurrido para suavizar y restar importancia a su conducta.

Las duras críticas a Luis Rubiales

Continúa: "Aquí no se entendía porque lo veíamos algo natural, normal (se refugia en el grupo para reforzar su opinión y reitera que es normal y natural, es decir, sigue sin responsabilizarse ni ser consciente de que ese beso es abusivo). Fuera (como si hubiera dos mundos diferentes) parece que se ha formado un revuelo que (le parece exagerada la reacción social), desde luego, que si hay gente que se ha sentido dañada (con ese condicional pone el foco en el sentir popular y evade de nuevo su voluntad) por esto tengo que disculparme (obligación), no queda otra y aprender de esto (todavía lo valora como algo positivo para él) y entender que cuando uno es presidente de una institución tan importante como la Federación tiene que, en ceremonias y este tipo de cuestiones (de cara a la galería y manteniendo que en privado no tiene por qué tener límites), tener más cuidado (como si solo fuera cuestión de precaución)".

Es evidente que sus disculpas son forzosas, impuestas por la opinión social y mediática, pero que él sigue sin reconocer lo que ha hecho y además se justifica y lo normaliza, solo lamenta la repercusión.

Psicóloga y divulgadora

Soy madre, psicóloga y experta en salud mental perinatal. Me confieso una apasionada de la comunicación no verbal y la escritura terapéutica. Publiqué un libro: 'Se hizo el silencio' (Ediciones Alfar). En instagram soy alicia.natalmente.

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