La Guardia Civil concluye que no hubo "imparcialidad" en los arbitrajes españoles durante la etapa de Negreira en el CTA

  • Según el informe del Instituto Armado, el Comité funcionó de manera "irregular" bajo el mando de Sánchez Arminio y de su mano derecha.
  • Además, el Barça no ha enviado aún "copia de vídeos, documentos o informes en los que se concreten los trabajos de asesoramiento específico".
Imagen de José María Enríquez Negreira; y de las oficinas del FC Barcelona.
Imagen de José María Enríquez Negreira; y de las oficinas del FC Barcelona.
Imagen de José María Enríquez Negreira; y de las oficinas del FC Barcelona.

El escándalo protagonizado estos días por Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol suspendido por la FIFA, ha eclipsado sin duda cualquiera de los demás temas de relevancia en el mundo del fútbol español. Ni el cierre de mercado, ni el sorteo de competiciones europeas, nada opaca el atractivo del 'caso Rubiales', convertido cada día más por su protagonista en una especie de culebrón en el que él es la víctima.

Sin embargo, el año comenzó con otro escándalo de otra índole, pero de la misma gravedad y relevancia cuanto menos, el 'caso Negreira', sobre el que hoy hemos recibido nuevas noticias tras meses de silencio en los que parecía haberse apagado, entre otras cosas gracias a los esfuerzos de Joan Laporta y del Fútbol Club Barcelona por soterrar el asunto a nivel mediático.

No ha evitado, no obstante, que la Guardia Civil continúe indagando en el caso, como ha adelantado este sábado el diario 'El Mundo'. Al parecer, la benemérita ha llegado a una conclusión en el informe que le pidió en su momento el juzgado que investiga el caso: bajo la dirección de Victoriano Sánchez Arminio y de su mano derecha José María Enríquez Negreira, el Comité Técnico de Árbitros (CTA) tuvo un "funcionamiento irregular", y sus decisiones "no habrían tenido siempre un respaldo deportivo imparcial".

El informe resalta, por otro lado, el grado de influencia del que disponía Negreira en el órgano de gobierno de los árbitros en España a tenor de lo declarado por numerosos colegiados, contrariamente a lo que siempre han intentado esgrimir desde el Barça en su defensa. Negreira mandaba, y mucho, en los árbitros, mucho más allá de comunicarles simplemente ascensos y descensos. Los decidía.

Por otro lado, la Guardia Civil señala que el Barça "no ha aportado la identidad de los profesionales que habrían desarrollado los servicios" para el club por parte de las empresas de Negreira, y que tampoco ha entregado "copia de vídeos, documentos o informes en los que se concreten los trabajos de asesoramiento específico". Y eso que Laporta ya enseñó en rueda de prensa varias cajas repletas con esos mismos informes.

El 'caso Negreira' salió a la luz a mediados del pasado febrero, cuando se destapó una investigación por posible corrupción realizada por la Agencia Tributaria que involucraba a José María Enríquez Negreira, ex-árbitro de fútbol español que también fue vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros entre 1994 y 2018, y al Barcelona. La entidad catalana habría pagado al colegiado unos 7,3 millones de euros a lo largo de 17 años, acreditados por la Agencia Tributaria y la Fiscalía, mientras estaba en cumplimiento de sus funciones en el CTA.

El Barcelona lleva desde el primer día negando todo, incluidos unos pagos que tuvo que admitir finalmente. De hecho, en palabras de su presidente Joan Laporta, el 'caso Negreira' no es más que una campaña de desprestigio contra el club, orquestada a nivel deportivo, mediático y político desde Madrid. Un discurso victimista, al estilo Rubiales, en el que han echado muchos balones fuera sin admitir la realidad de esos pagos: incluso aunque sean legales, no son éticos ni morales.

El máximo dirigente azulgrana, a mediados del pasado mes de junio, definió así el caso: "El caso Negreira es una campaña gigante de desprestigio profesional de nuestro club. Lo repito. El FCB nunca ha realizado ninguna actuación para intentar alterar la competición ni para conseguir una ventaja deportiva en una competición. Haber tenido relaciones de asesoramiento técnico arbitral con personas con amplia trayectoria en el mundo del fútbol no constituye un delito".

"Lo que sí ha sucedido es que esto se realizó de manera clara y transparente. Con facturas, con conceptos, con pagos por transferencia bancaria. Todo reflejado en los libros del club. Al menos de 2003 a 2010, cuando yo presidí el club. Nunca ha habido objetivo de ocultar nada. El primer interesado en que se investigue hasta el final es el Barça. Nos jugamos nuestra imagen y nuestro prestigio. Lo repetiré las veces que haga falta", continuaba Laporta por entonces. Sin embargo, ahora la Guardia Civil ha desmontado su discurso, y falta saber cómo contestará el Barça.

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