Marc Márquez y Fernando Alonso son dos genios del automovilismo con muchas cosas en común. Ambos son probablemente los mejores deportistas españoles de la historia de sus disciplinas (con permiso de Ángel Nieto en el caso de Márquez), y ambos han atravesado momentos muy complicados en sus carreras pasados los años desde sus grandes triunfos pese a su innegable talento innato.

El piloto de Cervera, de hecho, vive en la actualidad su época menos brillante en el Mundial de MotoGP. Desde 2019 arrastra una lesión detrás de otra, con operaciones frecuentes en sus brazos y recurrentes caídas en las carreras. Todo ello, unido al pésimo rendimiento de Honda como equipo en los últimos tiempos, mantiene en una posición irreal a Márquez en la parrilla de la categoría reina del motociclismo, alejado de la pelea por el título.

Una situación análoga a la que experimentó Fernando Alonso antes de retirarse de la Fórmula 1 en 2018. Su último año en Ferrari fue mediocre, pero lo que vino después en McLaren fue literalmente una pesadilla que comparte muchos paralelismos con la de Márquez, especialmente por un detalle en común: Honda. 

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La marca nipona fue motorista de McLaren en la segunda etapa de Alonso en el equipo británico y casi acaba con la ambición y los sueños del asturiano, hasta empujarle al retiro. Lo curioso es que unos años después, sus mismos motores dominan con puño de hierro la categoría de la mano de Red Bull, cosechando triunfo tras triunfo al servicio de Max Verstappen.

En cambio, en el caso de Márquez el problema es aún peor, mucho más delicado, porque Honda Repsol ha sido su casa literalmente desde que debutó en la máxima categoría del motociclismo, pero ahora mismo están a años luz en rendimiento de sus rivales en MotoGP. Sufre cada carrera por no irse al suelo, y apenas puede permitirse luchar por entrar en Q2 y sumar algunos puntos los fines de semana. 

Márquez y Alonso, Alonso y Márquez. Uno el calco del otro: campeones mundiales, genios sin parangón entre sus rivales de la parrilla, condenados por la falta de rendimiento de sus vehículos a luchar por posiciones mediocres, sin poder codearse con los equipos punteros y apenas logrando acceder a la zona de puntos en cada Gran Premio, perseguidos por el fantasma de los abandonos, el asturiano, y el de las lesiones el catalán.

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Al menos, Fernando Alonso ha recuperado la sonrisa y las armas para pelear con los mejores gracias a Aston Martin. El panorama para Márquez, no obstante, no es nada halagüeño. Futuro incierto por tanto para la compañía japonesa como tal en el campeonato de MotoGP, y fundamentalmente para el piloto catalán, que ya baraja diferentes opciones de cara a la próxima temporada muy a su pesar.

Sin embargo, Márquez ha querido dejar claro que hay una diferencia muy importante entre su caso y el de Alonso: la retirada. Es cierto que Fernando tenía 37 años, no los 30 de Marc, cuando hastiado decidió abandonar el 'Gran Circo', pero aún así Márquez jamás ha contemplado esa opción. Ni esa, ni tampoco el poder permitirse coger un año sabático.

"Eso lo puede hacer sólo Fernando Alonso, que tiene un talento inhumano", ha asegurado el ocho veces campeón de MotoGP al medio especializado Motociclismo.es, elogiando al ovetense por partida doble por sus cualidades como piloto y por su amor y dedicación a su pasión, porque Fernando se marchó de la Fórmula 1 pero nunca dejó de pilotar.

En 2018, Alonso dijo adiós al 'Gran Circo' y probó suerte en otras disciplinas del automovilismo, como la Indy, el Dakar o el WEC, donde cosechó grandes triunfos. Sin embargo, Márquez no parece tener sus mismas intenciones, y continuará compitiendo en MotoGP. Aún tiene un año más de contrato con Honda, pero el equipo no apunta a mejorar demasiado sus prestaciones y él se muestra abierto a todo, tentado por la posibilidad de dar el salto a Ducati con el equipo Gresini.