Los nombres propios de la RFEF a los que apuntan las jugadoras de la Selección tras la destitución de Andreu Camps

Luis Rubiales aplaude durante la Asamblea General Extraordinaria de la RFEF.
Luis Rubiales aplaude durante la Asamblea General Extraordinaria de la RFEF.
PRENSA RFEF
Luis Rubiales aplaude durante la Asamblea General Extraordinaria de la RFEF.

El terremoto desatado por el 'caso Rubiales' en el seno de la Real Federación Española de Fútbol sigue sacudiendo los cimientos del fútbol (femenino) español, aunque la RFEF ha comenzado ya a dar pasos para acercar posturas con las 39 jugadoras que firmaron el comunicado renunciando a la selección hasta que no se acometiesen cambios estructurales de calado en la organización.

El primero y más importante fue evitar sanciones para aquellas jugadoras, como Mapi León y Patri Guijarro, que decidiesen abandonar la concentración. Después, la creación de una marca única para las selecciones masculina y femenina, las disculpas oficiales a Jenni Hermoso y el resto de campeonas del mundo, y por último, el primero de los despidos que reclamaban, el de Andreu Camps.

Después de que desaparecieran de la ecuación los primeros nombres propios, Luis Rubiales, expresidente, y Jorge Vilda, exseleccionador, dos destituciones esenciales, pero no las únicas necesarias, las futbolistas apuntaron a otras ramas de la RFEF, como la secretaría general y otros departamentos como los de marketing e integridad.

El primero en caer ha sido Andreu Camps, hasta ahora secretario general de la RFEF y hombre de la máxima confianza de Luis Rubiales. Un imprescindible para las jugadoras, cuyo despido encabezará el resto de los que se producirán en los próximos días para servir de ejemplo sobre lo que pretende la Federación: un cambio real, en profundidad, que satisfaga a todas las partes involucradas en el conflicto.

Las responsabilidades de Camps, cesado como prometió el presidente del CSD, Víctor Francos, las asumirán por el momento la directora del Gabinete de la Presidencia, Elvira Andrés, y Alfredo Olivares, actual director de Competiciones, a nivel ejecutivo. 

Cumplida la primera destitución, todas las miradas apuntan a otros señalados. Tomás González Cueto, Rubén Rivera, Miguel García Caba o Montse Tomé, son algunos de los nombres que aparecen en la lista. 

El caso de González Cueto es el más complejo de analizar, pero el más sencillo de resolver, porque únicamente actúa como asesor jurídico externo de la RFEF. Vinculado al supuesto caso de espionaje al presidente de AFE, David Aganzo, González Cueto formó parte del CSD y fue miembro del Tribunal Administrativo del Deporte como Vicepresidente Primero hasta 2017, y de la Comisión de Arbitraje Deportivo del Comité Olímpico Español, donde conoció a Camps.

El siguiente nombre a tachar de la lista es el de Rubén Rivera, director de Marketing de la RFEF. Otro de los hombres fuertes de Rubiales, con el que ya trabajó en AFE. De hecho, abandonó el sindicato días antes de que el motrileño ganase las elecciones a la RFEF para unirse a su equipo de gobierno. Uno de sus soldados más fieles, además, porque fue quien viajó hasta Ibiza junto a Albert Luque, director de fútbol masculino, para "convencer" a Jenni Hermoso de que no denunciase a Rubiales.

Tras ellos aparece Miguel García Caba, director de los Servicios Jurídicos del Real Madrid entre 2016 y 2018, cuya relación con Rubiales fue tormentosa. Entró en la RFEF de la mano de Rubiales en 2018 como director jurídico, pero el motrileño le retiró su confianza. Sin embargo, regresó tras ser denunciado por una grabación a Javier Tebas y Gerardo González Otero, y se hizo cargo del departamento de Integridad. Es además miembro del Comité de Control, Ética y Disciplina de UEFA y formó parte de la Comisión Jurídica del Comité Olímpico Español.

Por último, surge con fuerza la figura de la actual seleccionadora nacional femenina, Montse Tomé. Exjugadora, entre otros, de Barça o Levante, era la segunda de Jorge Vilda y las jugadoras la perciben como la opción continuista. Ellas, por su parte, lo que quieren es romper con todo lo relacionado con el anterior régimen, y están cerca de conseguirlo, porque el futuro de Tomé no está nada claro y podría ser cesada al finalizar el partido del martes ante Suiza.

Además, la entrenadora fue una de las personas que aplaudió a Rubiales en aquella infame Asamblea. Pese a que más tarde se justificó, alegando haberse sentido presionada, no goza de la confianza del grupo. Las internacionales no le perdonan que las convocase a pesar de haber expresado claramente su voluntad de que no lo hiciera, y que encima se inventara luego en rueda de prensa que lo había consensuado con ellas.

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