Cuatro meses después de los insultos racistas en Mestalla, Vinícius aún ni ha declarado

Mestalla fue el punto en el que Vinícius dijo basta. Era el octavo estadio de la Liga en el que escuchaba insultos racistas. "No quiero jugar más", llegó a decir, conteniendo las lágrimas, después de señalar a los autores. Ese incidente fue el que marcó un antes y un después en la lucha contra el racismo en el fútbol en todo el mundo, pero cuatro meses después de que el planeta entero se volcase con él, el brasileño aún no ha declarado en el proceso judicial abierto contra los tres aficionados investigados por un supuesto delito de odio contra el futbolista del Real Madrid.

Dos comunicados lanzó la entidad madridista en defensa de su jugador antes de denunciar los hechos ante la Fiscalía, que ya había abierto diligencias de oficio. LaLiga —enganchón mediante entre Tebas y Vinícius en las redes sociales— trasladó el caso al Comité de Competición y a la Comisión Antiviolencia, que decidió cerrar parcialmente el estadio ché durante cinco partidos. El Valencia, por su parte, anunció la expulsión de su coliseo de estos seguidores de por vida.

El entonces presidente de la RFEF, Luis Rubiales, también compareció para mostrar su apoyo al delantero. Y el de la FIFA, Gianni Infantino, condenó los insultos y recordó que "no hay lugar para el racismo en el fútbol". 

No faltaron los mensajes de otros futbolistas —Mbappé, Neymar, Ronaldo Nazario, Casemiro...—, ni de sus compañeros de equipo, ni de Carlo Ancelotti, que le defendió a capa y espada en rueda de prensa, ni, por supuesto del Bernabéu, engalanado para la ocasión con una pancarta y una ovación en el minuto 20 —su antiguo dorsal— mientras Vini lo agradecía desde el palco sentado junto a Florentino Pérez.

Su país tampoco se olvidó de él: el presidente Lula da Silva instó a los organismos rectores del fútbol europeo a tomar medidas contundentes contra el racismo y el Ministerio de Justicia brasileño amenazó a España con aplicar el principio de extraterritorialidad para defender al atacante. Ni el Gobierno de España, pues el Ministerio de Interior impulsó este pasado mes de julio una instrucción que permite detener y desalojar eventos deportivos en los que se produzcan episodios racistas.

Cumplidos cuatro meses del incidente, que se trasladó a los juzgados con la máxima celeridad, Vinícius aún no ha prestado declaración en calidad de víctima ante el Juzgado de Instrucción número 10 de Valencia, encargada del caso. Sí lo han hecho los tres investigados, de entre 18 y 23 años.

Su testimonio se ha retrasado en dos ocasiones. La primera, prevista para el pasado 27 de junio, se pospuso a petición de sus abogados, que lo solicitaron porque el futbolista se encontraba de vacaciones fuera de España. La segunda, fijada para el próximo jueves, se ha retrasado por razones organizativas de los jugados.

El brasileño se presentará finalmente ante la magistrada el próximo 5 de octubre a través de una videoconferencia desde un juzgado en Madrid, y responderá a las cuestiones que le plantee la jueza y el resto de partes personadas (LaLiga, la RFEF y el Real Madrid, como acusación particular).