La selección española se despidió de forma cruel del Mundial de Qatar: en una desacertada tanda de penaltis —no marcó ninguno— ante Marruecos. Ese fue el último partido de la Roja que dirigió Luis Enrique, hoy técnico del París Saint-Germain, donde ha coincidido con uno de los futbolistas que brilló en esos octavos de final, Achraf Hakimi.

"Para nosotros no es una gran alegría hablar de ese partido, pero tampoco pasa nada, fue un partido disputado al máximo, en el que Marruecos luchó, defendió muy bien, en particular Ounahi, que lo hizo de manera formidable", ha asegurado el exentrenador del Barça en la previa del PSG-Olympique de Marsella al ser preguntado por Azzedine Ounahi, jugador del Olympique al que elogió durante el Mundial.

No se ha olvidado de uno de sus futbolistas, Achraf, al recordar ese día, y ha revelado el vacile del lateral a costa de la derrota de España con él en el banquillo. "También estaba en ese grupo Hakimi, que todavía me hace bromas sobre ese partido", ha apuntado Luis Enrique.

Respecto a su primer Clásico francés, al que el conjunto marsellés llega con una crisis en los despachos —acaba de dimitir Marcelino García-Toral como técnico y el presidente Pablo Longoria ha estado cerca también—, el asturiano ha asegurado que "estamos preparados para cualquier situación, la grandeza de un equipo es saber adaptarse".

Este tipo de partidos, en los que la rivalidad es máxima, "motivan especialmente, a los hinchas y al club, pero lo vamos a preparar de la misma manera que los otros", ha avanzado el técnico español, que ha subrayado que "hay que gestionar las emociones, no hay que exagerar".

Además, el entrenador del PSG también ha relativizado la dependencia goleadora en la que vive el conjunto parisino con su máxima estrella, Kylian Mbappé: "Bendita preocupación tener a Kylian que promedia unos 50 goles por temporada y 25 asistencias", ha concluido.