Un nuevo caso machista se ha dado recientemente en el mundo del deporte. Esta vez ha sido en el fútbol inglés y está protagonizado por Danny Macklin, hasta ahora director general del AFC Wimbledon de la EFL League Two.
El dirigente, que ya ha dimitido, describió a Rebecca Markham, jefa de servicios de aficionados y venta de entradas del club londinense, como "puta" y "escoria", además de afirmar que "quería asesinarla", lo que ha causado gran revuelo en la sociedad británica.
"Nunca quise matar a alguien, pero me gustaría matarla a ella. Maldita puta", le dice Danny Macklin a dos compañeras, como se puede apreciar en unas grabaciones secretas que han permitido la denuncia contra él.
El caso ha visto la luz después de que Macklin apoyase una campaña contra la discriminación en el fútbol. Lo que no sabía él entonces era que había cámaras ocultas que captaron sus comentarios machistas contra su empleada, según informa Times.
El encargado de poner esa cámara oculta fue Matthew Wells, oficial de seguridad del club, que era conocedor de los abusos que se producían en el seno del club. "No podía creer lo que escuché. La forma en que hablaba de Rebecca fue terrible", afirmó en el citado medio.
El trabajador llegó a amenazar a un directivo del club con hablar con el Príncipe de Gales, presidente de la Asociación de Fútbol, si no hacían caso a esos abusos de Danny Macklin.
Sin embargo, no fue necesario llegar hasta ese punto: "Creo que el club ha respondido adecuadamente. Cuando tuvieron las pruebas, actuaron rápidamente. Creo que Danny estaba bajo mucha presión en el trabajo, pero eso no excusa los comentarios".
Al ser preguntado por esos vídeos, el acusado no quiso hacer declaraciones: "Por razones legales no hago ningún comentario". Por su parte, el AFC Wimbledon ha emitido un comunicado sobre lo ocurrido.
"El AFC Wimbledon se esfuerza por ser un club responsable, inclusivo y moderno, propiedad de sus aficionados (el 75% del club es propiedad de sus seguidores). Como tal, se toma muy en serio su obligación de actuar correctamente y dar ejemplo, así como su deber de cuidado hacia los empleados y los aficionados", comienza diciendo.
Además, añade: "Un comportamiento como el que se alega no fue ni es tolerado, ni es representativo de la cultura en el AFC Wimbledon. Una vez que tomamos conocimiento del asunto actuamos apropiadamente de acuerdo con nuestras responsabilidades y valores para resolverlo rápidamente. Por razones legales no podemos decir más".
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