Pese a salir derrotado por decisión dividida, Francis Ngannou demostró el sábado que se puede salir de UFC y seguir siendo una gran estrella. Es más, el camerunés demostró que se pueden otear otros horizontes y ganar bastante más dinero que en la gran liga estadounidense de artes marciales mixtas.

El gran desempeño de Ngannou frente a un boxeador de la talla de Tyson Fury le ha permitido, entre otras cosas, colarse entre los diez mejores boxeadores del peso pesado de WBC, como ha reconocido su presidente Mauricio Sulaiman. Esto, lógicamente, le ha abierto las puertas a pelear con otros grandes boxeadores del momento y, de hecho, ya hay voces que reclaman que se enfrente a púgiles como Anthony Joshua o Deontay Wilder.

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Por otro lado, Ngannou tiene un contrato en PFL, otra liga emergente estadounidense, que le garantiza cifras millonarias por cada pelea, algo que le coloca directamente en la lucha por su cinturón de los pesos pesados y puede ser un acicate para que otros pesos pesados decidan fichar por esta empresa. ¿Por qué debería quedarse Aspinall, por ejemplo, en UFC si puede irse a PFL y pelear allí con Ngannou por más dinero del que podría hacer actualmente?

Error de cálculo en UFC

A estas alturas es evidente que Francis Ngannou hizo bien en forzar su salida de la empresa de Dana White donde jamás habría podido ganar el dinero y el reconocimiento que tiene actualmente. Es muy probable que UFC cometiera un enorme error de cálculo, porque pese a que es una empresa con mucha marca, hay muchos luchadores que saben bien que su vida deportiva es corta y que lo mejor es asegurar un buen contrato que vaya más allá del mero prestigio de la empresa.