En diciembre de 2014 un grupo de peleadores presentó una demanda contra UFC por utilizar, presuntamente, "estrategias inapropiadas" para controlar el mercado de los luchadores de MMA. Recientemente, el juez Boulware —encargado de la demanda— está agilizando el caso e indicó que quería que todos los documentos relacionados con esta fueran desclasificados, a excepción de algunos relativos a la salud e información de carácter personal.

Según ha publicado Bloody Elbow, uno de los documentos desclasificados incluye información sobre los pagos realizados a luchadores entre 2011 y 2016. Aunque los nombres de los peleadores no aparecían en los informes, fue relativamente fácil aclarar para Bloody Elbow —con ayuda de expertos en el sector— quién había recibido estas remuneraciones haciendo un trazado de la actividad de cada luchador durante el año.

Entre los luchadores cuyos pagos han sido desvelados están, entre otros, Conor McGregor, Jon Jones, Anderson Silva o Ronda Rousey. Durante este período, McGregor llegó a ganar hasta 6.812.374 dólares en el combate contra Eddie Alvarez en noviembre de 2016, una velada que generó 66 millones de dólares en el pay per view para UFC. En sus peleas contra Nate Diaz, McGregor ganó 5.576.315 y 5.615.490 dólares, respectivamente.

EFE

En el informe se puede apreciar el aumento en la remuneración que el irlándes iba percibiendo. Desde los 3.285.000 dólares que recibió en julio de 2015 al pelear contra Chad Mendes, hasta los casi siete millones que ganó contra Eddie Alvarez un año más tarde. Cabe imaginar que en sus últimas peleas en UFC contra Khabib Nurmagomedov, Donald Cerrone y Dustin Poirier (en dos ocasiones), el irlandés habría podido aumentar notablemente sus ganancias.

Por su parte, Jon Jones, que supuestamente firmó un nuevo contrato en 2023 que le otorgaba la mención del peso pesado mejor pagado de UFC, llegó a ganar hasta 3.637.500 dólares es su primer enfrentamiento contra Daniel Cormier en enero de 2015. Ronda Rousey, la primera campeona femenina de UFC, ganó 4.879.766 dólares al pelear contra Amanda Nunes en diciembre de 2016.

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En relación a la demanda contra UFC, los luchadores alegan que recibieron menos dinero del correspondiente y que la compañía está ejerciendo, presuntamente, un monopolio en el mercado. La demanda, que en 2020 adquirió el estatus de demanda colectiva, representa en torno a 1200 peleadores profesionales. Por el momento, los tribunales estadounidenses han denegado la apelación de UFC y está previsto que el juicio tenga lugar en 2024.