El estreno de Novak Djokovic en esta edición del Open de Australia ante el jovencísimo Dino Prizmic se presentaba casi como un trámite para el tenista con más Grand Slams de la historia... pero nada más lejos de la realidad. El croata no solo plantó cara al serbio, sino que le hizo sufrir antes de caer (6-2, 6(5)-7, 6-3 y 6-4) tras cuatro horas de duelo.

El arranque del partido, con la rotura de servicio de Nole en el primer turno de saque de su rival, hizo pensar a la Rod Laver Arena que estarían ante un partido breve y sencillo que el número 1 del mundo liquidaría por la vía rápida. Fue al revés: se llevó el primer set casi sin despeinarse, pero sudó con creces el resto del encuentro.

Si Prizmic —campeón de Roland Garros en categoría junior el pasado curso— había arrancado nervioso la primera manga, la segunda lo hizo con una tranquilidad más propia de un veterano que de una promesa. Lo demostró dejando el primer susto de la noche para Djokovic: un break en su segundo servicio del que se repuso cuando le tocó el turno a su rival, que ya había puesto en pie a la pista central del Melbourne Park.

A partir de ahí, ninguno de los dos volvió a ceder ante el otro pese a que el croata se hizo fuerte desde el fondo de la pista, aguantando el pulso ante un Novak que a veces se precipitó y otras terminó errando; y el serbio mantuvo con puño de hierro un saque directo bestial y unas dejadas a la red letales en las que Prizmic tuvo la oportunidad de exhibir la velocidad que le llevó a triunfar sobre la tierra batida de París. En esas se fue el segundo set al tie-break, donde fue el croata el que más aguantó —con demasiados errores de Djokovic— para igualar el choque.

El tenista de 18 años arrancó la tercera batalla con el mismo empuje y garra con la que había terminado la segunda: cedió pronto su saque, pero se recuperó en la primera oportunidad que tuvo, sorprendiendo a Nole. Las tornas giraron en el juego siguiente, con Prizmic rompiendo y el 10 veces campeón del Open de Australia devolviéndosela a la primera de cambio. 

Llegados a ese punto, el esfuerzo físico empezó a pasar factura al croata, que ya había tenido que ser atendido por el fisio en el primer set por unas molestias. Y los errores comenzaron a llegar mientras la resistencia cada vez era menor ante un Djokovic que, además, no sabe sumar si no es haciendo magia sobre la pista. Por eso, el tercer envite fue para el serbio, y el cuarto también pese a que Prizmic volvió a mejorar, aunque no lo suficiente frente a un Nole lanzado a por su vigésimo quinto Grand Slam.

Djokovic cantó victoria en Melbourne, la 90 en la cita oceánica en su carrera y la 29 consecutiva, pero cedió los focos a Dino Prizmic en lo que fue un estreno por todo lo alto del croata en el primer 'grande' de su carrera. La segunda ronda ya espera al número 1 del mundo en su camino a su undécimo Open de Australia.