Las MMA femeninas tuvieron dos nombres propios en UFC 297. Para mayor sorpresa no fue ninguna de las aspirantes al título de peso gallo —Raquel Pennington y Bueno Silva—, que tuvieron una actuación decepcionante en la pelea coestelar de la noche. Sin embargo, las mejores luchadoras de la noche fueron las canadienses Gillian Roberston y Jasmine Jasudavicius, que peleaban en las preliminares del evento y cosecharon dos espectaculares victorias que hicieron las delicias del público del Scotiabank Arena en Toronto.

Robertson se enfrentaba a Polyana Viana en un duelo de grapplers en la primera pelea de las preliminares. La canadiense, que lleva compitiendo desde los 18 años, es la mujer con más sumisiones de la UFC. En el primer asalto, Robertson, que actuaba de anfitriona en su país natal, enseguida se llevó la pelea a la lona y exhibió un arsenal de intentos de sumisión a los que la brasileña se resistió heroicamente: una kimura, un triángulo y una palanca de brazo.

Las sumisiones, el manual básico de supervivencia en las MMA: la guillotina, el 'mata león', el triángulo y la barra de brazo

El segundo asalto fue muy similar al primero, aunque por muy sorprendente que parezca, 'The savage' no finalizó con un sometimiento, su gran especialidad, sino con un TKO desde el ground and pound. Robertson añadió así una finalización más a su currículum (ya tiene doce) y una suculenta suma de 50.000 dólares a su cuenta bancaria con el bonus de mejor actuación de la noche. 

Por su parte, Jasmine Jasudavicius peleaba en la segunda pelea de la noche (primeros preliminares) también como local. Se enfrentaba a la brasileña Priscila Cachoeira en una pelea que se desarrolló casi por completo en el suelo. La canadiense no dudó en llevarse el duelo a la lona donde dominó de manera incontestable a su rival, hasta someterla en el tercer asalto cuando las fuerzas ya flaqueaban.