Vaya manera de ganar un Grand Slam ha dejado Jannik Sinner en el Open de Australia: con una remontada épica tras arrancar perdiendo dos sets en el partido más importante de su carrera. Así se ha coronado el italiano nuevo rey de Melbourne ante Daniil Medvedev (3-6, 3-6, 6-4, 6-4 y 6-3), al que se le aparecieron los fantasmas de su derrota ante Nadal en la final del torneo australiano hace dos años.
Los nervios se apoderaron del de San Cándida al pisar la Rod Laver Arena para disputar la gran final pese a haber tumbado en semifinales al diez veces campeón en Australia, Novak Djokovic. Para Medvedev fue todo lo contrario: salió más preparado que nunca, concentrado a más no poder y muy dominante para evitar su tercera derrota en una final oceánica.
Parecía que a la tercera iría la vencida para el ruso después de mostrarse intratable en los dos primeros sets. El de Moscú dio una 'masterclass' de cómo llevar la iniciativa en una final, con un tenis agresivo y poderoso que hizo aún más fuerte desde un servicio demoledor y un resto que sorprendió a Sinner, muy penalizado por sus errores y débil en su saque.
El cielo se le cerró al transalpino muy pronto, en el tercer juego, al verse 'roto' por Medvedev. No supo cómo revertir la situación ni en el primer ni en el segundo set —en el que cedió su juego prácticamente a la misma altura que en la primera manga— a merced de un Daniil a un nivel espectacular.
Jannik encontró el resquicio en el juego de su oponente ya en el tramo final del segundo set, cuando desde su banquillo le pidieron que probase otra estrategia ya dando por perdida esa batalla. Y ahí estuvo la clave de su victoria, porque fue ahí donde empezó la remontada: Sinner dio con la tecla al resto y encontró el extra que le faltaba en mover a un Medvedev que llegaba con cinco horas más en las piernas.
Se notó la diferencia en el juego del número cuatro del mundo en el tercer set, donde se presentó más sólido y solvente que hasta entonces y llevó la tercera manga igualada hasta el décimo juego, en el que rompió al ruso, para forzar el cuarto set del partido. Ese mismo planteamiento empleó en ese cuarto cara a cara, que también se apuntó para ir al set definitivo.
Medvedev pareció llegar al quinto set con la batalla psicológica perdida, recordando aquella dolorosa derrota ante Nadal, que remontó también con dos sets abajo en una tercera manga en la caía 3-2, con 40-0 al resto, para ganar su segundo Open de Australia. Sinner olió sangre y se hizo gigante para convertirse en el tercer italiano en ganar en Melbourne y el primer tenista fuera del 'Big Three' en ponerse la corona desde 2014.
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