Un total de 29 personas fueron detenidas, entre ellas cuatro menores, durante unos disturbios registrados este sábado en la ciudad marroquí de Tetuán tras un partido entre el Raja de Casablanca y el Magreb tetuaní, en los que 20 agentes resultaron heridos tras tener que intervenir cargando contra los seguidores radicales.

Según informaron fuentes de la policía marroquí, estas personas fueron arrestadas por daños a vehículos policiales (con las lunas rotas a pisotones), lanzar piedras contra las fuerzas del orden, posesión de armas blancas y desobediencia a las autoridades. 

Unos disturbios que se desencadenaron cuando una parte del público del Raja de Casablanca intentó entrar al estadio Saniat Al Ramel de Tetuán por la fuerza cuando el recinto ya estaba lleno y sin entrada, todo para asistir al encuentro previsto para la 21ª jornada del campeonato africano.

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Los detenidos están investigados por la policía judicial bajo la supervisión de la Fiscalía competente, mientras continúan las investigaciones para identificar al resto de participantes en los disturbios y proceder a su arresto. En redes sociales, circularon vídeos de los incidentes en los que se ve a jóvenes saltando encima de furgonetas policiales y rompiendo los cristales de los vehículos, así como lanzando piedras.

Los enfrentamientos en ultras de clubes opuestos son demasiado habituales en el mundo del fútbol, pero especialmente en Marruecos, y sobre todo entre los hinchas de los equipos rivales del Wydad y del Raja, ambos de Casablanca, la mayor ciudad del país que aspira, por otro lado, a disputarle a España la sede de la final del Mundial 2030.

De hecho, hace apenas unos meses Marruecos creó una comisión para erradicar la violencia en su fútbol, para evitar este tipo de actos buscando que las actitudes violentas no se repitan. Se aprobó tomar medidas en las distintas regionales y prefecturas del país, valorándose por ejemplo el control de billetes, así como garantizar qué personas podían acceder al público vetando otros accesos a los estadios. 

Unas medidas que no parecen estar teniendo el efecto deseado, y que como decimos podrían perjudicar las aspiraciones mundialistas de nuestros vecinos. Sin ir más lejos, el pasado 14 de enero la policía marroquí arrestó 18 hinchas en Jouribga, en el interior del país, implicados en actos de violencia en un partido entre el club de la ciudad y el club FAR de Rabat.