Felipe Massa da un nuevo paso al frente en su particular cruzada para proclamarse campeón del mundo de Fórmula 1 en los tribunales. El expiloto brasileño ha demandado a Formula One Management (FOM), la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y a Bernie Ecclestone, antiguo mandamás de la categoría, ante el Tribunal Superior de Londres. 

El Gran Premio de Singapur 2008 es una de las carreras más polémicas de la historia de la Fórmula 1. Fernando Alonso logró la victoria con su mediocre Renault tras un accidente de su compañero Nelsinho Piquet, quien tras perder su asiento, acusó a Flavio Briatore y Pat Symonds de haber orquestado el incidente para favorecer a Alonso. 

Durante aquella carrera, Massa acabó en la decimotercera posición tras un problema con una manguera de repostaje en su parada en boxes. Mientras tanto, Lewis Hamilton subió al podio, logrando puntos cruciales para el campeonato de pilotos, decantado del favor del inglés por un solo punto, en la última curva de la última vuelta del Gran Premio de Brasil. 

El ex de Sauber, Ferrari y Williams carga ahora contra la categoría, pidiendo una compensación de entre 70 y 175 millones de euros, además de la nulidad del Gran Premio de Singapur 2008, lo que le coronaría como campeón mundial. 

Alonso se desespera en plena carrera: "Necesito un 'plan b', los que van delante juegan en otra liga"

“Los intentos de encontrar una solución amistosa no han tenido éxito, dejando al señor Massa sin otra opción que iniciar un proceso legal”, explica el bufete de abogados del brasileño, que añade: “El señor Massa está buscando declaraciones de que la FIA violó sus regulaciones al no investigar rápidamente el accidente de Nelson Piquet Jr. en el GP de Singapur de 2008 y pide una indemnización por las importantes pérdidas financieras que ha sufrido debido al fracaso de la FIA, en el que el señor Ecclestone y la FOM también fueron cómplices”.

La pelota está en el tejado de la justicia británica, aunque a Massa no le faltan apoyos. Jean Todt, expresidente de la FIA y mánager general de la escudería Ferrari entre 1994 y 2007 (en 2008 seguía siendo parte de la junta directiva), declaró para L'Equipe: “En retrospectiva, deberíamos haber pedido que se cancelara la carrera. Es un caso especial, hubo trampas de las que nos enteramos más tarde. Según Bernie [Ecclestone], Max Mosley, mi predecesor, y Charlie Whiting, director de carrera, lo sabían desde el principio y eso podría cambiar las cosas”.