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Strickland amenaza con dejar UFC si no le conceden la revancha contra Du Plessis

Sean Strickland durante su pelea contra Israel Adesanya
INSTRAGRAM @strickland_tm

Sean Strickland comenzó el año 2024 como campeón del peso ligero de la UFC y, tras su derrota en su primera defensa de título contra Dricuss Du Plessis en UFC 297, la situación se ha torcido mucho para el luchador estadounidense. A pesar de que Strickland perdió por decisión dividida, la UFC parece no tener intenciones de conceder al excampeón una revancha contra el sudafricano. La paciencia de 'Tarzan' se está agotando hasta el punto de haber amenazado con abandonar UFC y pasarse al boxeo.

"Los fans de UFC quieren que Dricus y yo resolvamos el asunto. Dricus quiere arreglarlo. Todos sabemos que luché en un sucio país liberal que me jodió. Dana lo sabe, la UFC lo sabe. ¡Si fuera otro luchador la revancha se produciría! Haz lo correcto, UFC", publicaba en redes el excampeón. Y es que Strickland no parece dispuesto a recorrer el camino ya transitado anteriormente hacia el título. "No volveré a subir esa maldita escalera... Si no hay revancha para mí, no sé, el boxeo...", reconoció el luchador, actual número uno de las 185 libras.

Du Plessis vence a Strickland en UFC 297
Instagram ufcnewsalerts

Indignado

El enfado de Strickland viene parejo a dos anuncios de la UFC. Por un lado, Robert Whittaker, número tres en el ranking, se enfrentará a Khamzat Chimaev en lo que el presidente de UFC, Dana White, ha promocionado como el combate por el número uno. Además, también se ha confirmado un nuevo evento de la compañía en Australia, donde es presumible que se produzca la vuelta del anterior campeón de la categoría Israel Adesanya, que es neozelandés y tiene muchos seguidores en aquel lado del globo.

Es de esperar que el regreso de Izzy sea para luchar por el campeonato contra Du Plessis. Y es que el actual campeón no dudó en retar a Adesanya nada más conseguir el cinturón. Ambos luchadores tienen una rivalidad deportiva desde hace años y el propio excampeón —todavía en período de descanso— no tardó en aceptar el desafío. Esta situación dejaría a Strickland en un extraño limbo y sin apenas rivales de lo más alto del ranking para pelear.