O.J. Simpson, exjugador de fútbol americano, deporte del que fue una gran estrella, ha muerto este jueves a los 76 años en Las Vegas después de una larga batalla contra el cáncer, según informan varios medios estadounidenses.
La antigua estrella de la NFL fue condenada en 2008 a 33 años de cárcel por atacar y secuestrar a dos vendedores de antigüedades y objetos deportivos de colección en la habitación de un hotel en Las Vegas (Nevada) en 2007.
La sentencia contra Simpson fue reducida y solo pasó nueve años en la cárcel hasta su liberación condicional en 2017. En 2021, se convirtió en un hombre totalmente libre.
No fue el primer problema con la justicia que tuvo O. J. Simpson. En 1995, fue absuelto de los cargos relacionados con la muerte un año antes de su exesposa Nicole Brown y un amigo de ella, Ronald Goldman, en uno de los juicios más mediáticos de la historia de Estados Unidos y del mundo.
Pese a la conclusión de ese litigio, el exjugador terminó siendo declarado responsable del doble asesinato en un juicio civil celebrado en 1997, en el que además se le ordenó pagar una indemnización de 33.5 millones de dólares.
Este caso cambió radicalmente la percepción de O.J. Simpson, que a nivel deportivo es considerado como uno de los mejores jugadores de la historia de la NFL. Fue la elección número uno en el 'draft' de 1969 y fichó por los Buffalo Bills, en los que estuvo de 1969 a 1977, antes de firmar por los San Francisco 49ers (1078-1979).
En su carrera ganó el MVP de 1973 y se convirtió en el primer jugador capaz de alcanzar las 2.000 yardas recorridas en una temporada. En 1985 entró en el Salón de la Fama del Pro Football.
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