No todo acaba como empieza. No hay frase que pueda definir mejor el fin de semana de Max Verstappen y Red Bull. Porque el neerlandés, pese a los malos resultados de los libres, sumó en Imola su quinta victoria del curso y reafirmó que hay campeón para rato: ni la presión del arreón final de Lando Norris, que olió sangre cuando los neumáticos de 'Max Max' cayeron, le puso nervioso en las últimas vueltas.

Mientras, los españoles vivieron la otra cara de la moneda. Sainz perdió el sitio con Piastri tras un gran undercut de McLaren que Ferrari no supo contrarrestar y terminó quinto, mientras que Alonso, que salió desde el pit lane después de romper el parque cerrado para cambiar la suspensión, acabó último.

Aunque la esperanza para la séptima prueba del Mundial de Fórmula 1 era que la escudería austriaca fuese más débil en este circuito —a pesar de su milagrosa recuperación para la clasificación—, el Gran Premio de Emilia-Romaña empezó como la gran mayoría este curso: Verstappen salió muy bien y apretó desde el inicio para abrir brecha con Norris antes de que se habilitase el DRS. Y lo consiguió.

De hecho, ninguno de los pilotos que ocupaban las cinco primeras posiciones tenía DRS salvo Oscar Piastri. El australiano fue un auténtico dolor de cabeza para Carlos Sainz, que dio una 'masterclass' de cómo defender cuando tu rival tiene más ritmo y obligó a McLaren a pelear en los boxes. Ahí Ferrari perdió la partida: el equipo inglés paró a su piloto y se aseguró el undercut. Tardó varias vueltas la 'Scuderia' en llamar al madrileño, que salió por detrás de Piastri y ya no pudo darle caza sobre el trazado italiano.

No hubo más movimiento de posiciones. Toda la emoción se concentró al final. A falta de una decena de vueltas para ver la bandera de cuadros, Verstappen avisó por radio de que sus neumáticos estaban cayendo. Le separaban solo seis segundos de Norris, que recibió el aviso y lo tuvo claro: su segunda victoria en Fórmula 1 pasaba por apretar al máximo.

El británico inició una persecución feroz, recortando tiempo al tres veces campeón del mundo vuelta a vuelta, pero le faltaron un par de giros para encontrarse cara a cara con 'Mad Max', pues solo pudo meterse en el DRS en la última vuelta, cuando ya era imposible intentar adelantar en pista, y el neerlandés se apuntó su quinta victoria este año.

Por detrás, Fernando Alonso cumplió con lo prometido antes de la carrera: no era un circuito para buscar la remontada, sino para probar y entender mejor el AMR24. Salió último, dio el susto con una llamarada de fuego en sus frenos, y cruzó la meta último ya con la mira en la próxima parada: Mónaco.