Roberto Carballés no pudo con Novak Djokovic (6-4, 6-1 y 6-2) en la segunda ronda de Roland Garros. Ningún ser humano corriente podría haber frenado al número uno del mundo, que necesita llegar a la final de la Copa de los Mosqueteros para seguir reinando en el ranking ATP. 

El partido empezó con sorpresa: el tenista español arrancó con una marcha más y rompió el servicio del serbio a las primeras de cambio, pero no fue suficiente para desconectar a Nole. El 10 veces campeón del Open de Australia se repuso del golpe con la misma moneda, devolviendo el break en el siguiente juego.

Empezó entonces un duelo de máxima igualdad, en el que ninguno de los dos quería ceder ante el otro. Tan equitativo fue el primer set, que terminó decidiéndose en el último juego. Era el turno de saque de Carballés y para ese momento Djokovic ya le había cogido el punto al tinerfeño, con varias dejadas que minaron la moral del isleño. 

A mitad del juego, el serbio tuvo un desencuentro con el árbitro, pero ni eso le sacó del partido y terminó apuntándose el break, el juego y el set pese al nivel espectacular que había mostrado el español. Eso le pasó factura a Carballés en la segunda manga, en la que Nole le pasó por encima prácticamente sin pestañear. "No hay quien le gane un punto", se le escuchó decir incluso.

Mejoró el tenista de Tenerife en el tercer set, pero Djokovic ya había puesto la directa y no le dio opción: el serbio desplegó un tenis espectacular, con puntos que le hicieron ganarse la ovación de la Philippe Chatrier, y cerró por la vía rápida el partido pese a la resistencia de Carballés en el penúltimo juego.

El número 1 del mundo, que necesita alcanzar la final de Roland Garros para mantenerse en lo más alto del ranking ATP, jugará la tercera ronda de la Copa de los Mosqueteros ante el vencedor del partido entre Gael Monfils y Lorenzo Musetti.