No lo tuvo fácil, pese a lo que pueda parecer por el resultado, pero Carlos Alcaraz venció a un exigente Sebastian Korda (6-4, 7-6(5) y 6-3) en más de dos hroas y medias para seguir su andadura en Roland Garros, y ya espera rival en la siguiente ronda. 

El tenista murciano arrancó el partido en la Philippe Chatrier como un ciclón: rompiendo al estadounidense en su primer juego. Pareció una declaración de intenciones, pero nada más lejos de la realidad. El número 28 del ranking ATP respondió con la misma moneda, aprovechándose de los errores del español para devolverle el break.

Ese fue el pistoletazo de salida a un duelo de máxima igualdad, en el que nadie quería ceder terreno. El nivel que ambos dejaron sobre la pista fue tan alto, que el primer set solo se decidió cuando a Korda le fallaron las fuerzas: varias bolas a la red condenaron al norteamericano y le dieron la oportunidad a Alcaraz, que no falló para romperle el servicio y ganar la primera manga en su saque.

Si esa primera batalla había sido equitativa, la segunda lo fue aún más pese a que Carlitos quebró al estadounidense en el tercer juego. Porque, otra vez, el tenista de Florida se repuso para devolverle la rotura al murciano y confirmar que le quedaba cuerda para rato. "Acepta el rally largo, que te va a venir bien", le aconsejó Juan Carlos Ferrero a su pupilo.

Y el de El Palmar le hizo caso. Ahí estuvo la clave de su victoria en el tie-break, también igualadísimo, pero en el que Alcaraz fue mejor de principio a fin para no dar esperanzas a un Korda que arrancó la tercera manga muy apagado.

Poco quedaba del tenista que había exigido el máximo nivel de Carlitos durante las dos horas anteriores, pese a que dejó buenos puntos que le hicieron ganarse la ovación de la grada y que dejaron claro todo su potencial, porque Alcaraz ya se había crecido.

El número tres del mundo celebró su victoria, cerrando los puños y gritando con mucha rabia, y se medirá el domingo a su próximo rival —el vencedor del duelo entre Ben Shelton y Félix Auger-Aliassime, suspendido por la lluvia este viernes— por un billete a cuartos.