El partido de la Eurocopa de 2024 que enfrentó a Turquía y Georgia fue extremadamente turbulento incluso antes del pitido inicial. Minutos antes de comenzar el encuentro, las torrenciales lluvias amenazaron con la suspensión, y una sección de aficionados protagonizó una multitudinaria pelea en las gradas. 

Una de las esquinas del Westfalenstadion fue testigo de golpes, puñetazos y lanzamiento de varios objetos entre dos grupos de hooligans, que el operativo policial de más de 3.000 efectivos tuvo que extinguir. 

Se trata del primer partido que Georgia disputa en una fase final de una Eurocopa, mientras que la enorme población turca, o con ascendencia en el país otomano, en Alemania, permite un despliegue de casi 100.000 seguidores de la selección dirigida por Vincenzo Montella. 

La situación geopolítica de los países del este de Europa está protagonizando múltiples peleas y espectáculos bochornosos en las calles alemanas. En el caso de Turquía y Georgia, son países fronterizos, siendo ambos testigos y participantes en el conflicto entre Azerbaiyán y Armenia. También se trata de una zona con evidente influencia rusa, y ciudadanos de ambos estados ya han protagonizado diversas peleas en eventos deportivos internacionales. 

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