Iñaki Ortega Doctor en economía en la Universidad de Internet (UNIR) y LLYC
OPINIÓN

Fuzbol

Lamine Yamal celebra junto a Nico Williams un gol ante Georgia.
Lamine Yamal celebra junto a Nico Williams un gol ante Georgia.
DAVID MDZINARISHVILI / EFE
Lamine Yamal celebra junto a Nico Williams un gol ante Georgia.

En el año 2000 la mayoría de las estrellas de la Eurocopa de fútbol masculino no habían nacido. Ni el inglés Bellingham (21) ni el turco Arda Guler (19) y, por supuesto, tampoco los españoles Lamine Yamal (16) y Nico Williams (21) saben lo que es vivir en el siglo pasado. Toda su vida ha estado marcada por las redes ya que han comprado, hecho amigos y jugado por internet. Son la generación Z, que ahora ha disrumpido en el fútbol, y que hace que este artículo se titule así, hibridando el deporte rey con la letra de la generación de estos chavales.

Cuando el rey Felipe VI bajó al vestuario la semana pasada para felicitar a los jugadores tras el inapelable triunfo ante el vigente campeón, Italia, no pudo más que llevarse las manos a la cabeza en señal de sorpresa al saber la edad de Yamal. Así estamos la mayoría de los aficionados al seguir este campeonato con tantos miembros de la generación Z arrasando en el campo. Y es que no podemos evitar hacer el cálculo de los años que nos separan y comprobar que somos de siglos diferentes.

Pero lo que ahora vemos en el fútbol lleva un tiempo pasando en la economía. El experto en comercio electrónico, Jesús Moradillo, ha presentado, coincidiendo con el inicio de la Copa América y la Eurocopa de fútbol, un estudio en el que defiende las nuevas reglas del marketing que ha traído esta generación. Si no quieres llevarte las manos a la cabeza, pero esta vez porque te has quedado sin empleo, te aconsejo que leas las siguientes líneas.

Solamente uno de cada cuatro de los miembros de esta generación es fiel a una marca específica; rechazan los mensajes largos e irrelevantes del estilo del siglo pasado; exigen contenidos breves, facilones, visuales y con humor; además, detectan con facilidad el postureo social y son implacables para criticarlo. Las redes sociales son su principal canal de consumo porque viven prácticamente allí, lo que les ha acostumbrado a la inmediatez y a la investigación de reseñas y opiniones antes de comprar.

Ya no usan, como tú, los buscadores tradicionales ni se mensajean con tus aplicaciones. Para ellos todo pasa por TikTok, YouTube o Instagram. Y, para colmo, la llegada de las plataformas de venta chinas, con sus superdescuentos, ha hecho que dos de cada tres ‘zetas’ compren allí y además sean sus mayores defensores sin importarles de dónde vienen o qué reglas se saltan.

Nico Williams está siendo imposible de frenar estas semanas en Alemania cuando coge el balón por la banda; sus coetáneos de generación son igual de imparables cuando compran. Así que si hemos conseguido acabar con la nostalgia del ‘tiki taka’ de los mejores años de nuestro fútbol, también podemos adoptar las nuevas reglas de los ‘zeta’ a la hora de comprar... aunque nos suponga abrir una cuenta en TikTok ya mismo.

Doctor en economía en la Universidad de Internet (UNIR) y LLYC

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